MADAMA BUTTERFLY, ópera viva

La ópera de Giacomo Pucciini en una muy buena realización de Estudio eLeFá

Madama Butterfly Elenco: Marianela Giménez Finocchiaro, Cristian Karim Taleb, Leandro Sosa, Laura Benítez, Norberto Lara, Monique Nogales, Aleja Pineda, Paula Manfreda, Juan Ravaglia, Augusto Nureña, Waldemar Salias, Maite Sosa Illuzzi, Gastón Meza – Vestuario: Marta Torres, Natalia Vivas – Estética oriental: Izumi Ishigaki – Asistencia de dirección: Jessica Serain – Dirección musical: María Inés Natalucci – Régie: Leandro Sosa

Afortunadamente hay ópera más allá de los circuitos de las grandes salas y teatros. Por supuesto, siempre es grato acercarse a las puestas escenográficas de importantes dimensiones, acompañadas por orquestas y coros multitudinarios. Pero esas puestas suelen plantear limitaciones: el costo que implica montar tales producciones acota muchísimo las posibilidades de producción, en tanto el valor de las entradas trepa en consecuencia, dejando afuera a una parte del potencial público. Allí es donde la labor de las compañías independientes, esas que desarrollan su trabajo con lo que hay, con lo que se puede, cobra verdadero valor. Porque son las que mantienen vivo el género más allá de las limitaciones, y demuestran que lo-que-hay y lo-que-se-puede en ocasiones es mucho y suficiente.

Es lo primero que uno piensa al asistir a puestas como la de Madama Butterfly, realizada por Estudio eLeFá, al piano, a cargo de María Inés Natalucci, y con una escenografía basada en proyecciones de mapping, en la sala —pequeña pero generosa— del teatro El Vitral. Las limitaciones, ya señaladas, se compensan con creces con la proximidad a los actores cantantes, la calidad general del trabajo y el entusiasmo de todo el equipo de producción. Es notable el ingenio y el talento que se ponen en juego para suplir la falta de recursos más amplios, porque todo aquí se hace a pulmón.

Madama Butterfly fue compuesta por Giacomo Puccini sobre un libreto en italiano de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica. La obra tiene varias fuentes, entre ellas un cuento homónimo de John Luther Long (1898), y una novela de Pierre Loti titulada Madame Chrysanthème (1887). Sin embargo, lo más interesante es la opinión de quienes aseguran que la historia se basa en hechos reales que tuvieron lugar en Nagasaki en los últimos años del siglo XIX.​ En algunos aspectos la historia hoy puede resultarnos algo naif, pero en otros mantiene plena actualidad. El punto es que el amor tiene algo de ingenuo en todos los tiempos y culturas. También algo de trágico. ¿Quién no ha muerto o no ha matado, metafóricamente, por amor?

La muerte en la ópera siempre es, en algún sentido, una metáfora. Y esa metáfora nos habla de nosotros mismos. Por ello es sencillo conmoverse por el destino trágico de la ingenua Cio Cio San, aquí encarnada por Marianela Giménez Finocchiaro, cuya actuación vocal fue irreprochable, como puede apreciarse en el registro de la bellísima aria Un bel di vedremo, que acompaña este comentario. A su lado, la Suzuki de Laura Benítez también fue excelente.

En lo que refiere al elenco masculino, estuvieron magníficos Cristian Taleb como Pinkerton, Leandro Sosa como Sharpless y Norberto Lara con su histriónico Goro. Además de sorprender con su calidad vocal, Leandro Sosa es el responsable principal de la compañía, así como el realizador escenográfico del mapping, vistoso y efectivo. También es el padre de la hermosa Maite Sosa Illuzzi, quien personificó a Bimbo a través de las pantallas de video, lo cual fue un detalle encantador para quienes conocemos a la pequeña en persona. Germán A. Serain

Fue el 9 de octubre de 2022
Teatro El Vitral
Rodríguez Peña 344 – Cap.
Estudio eLeFá
Leandro Sosa – Estudio eLeFá
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