Las dos reinas (adaptación de María Estuardo, de Friedrich von Schiller) – Actúan: Victoria Aragón, Paula Cantone, Mariana Litvin, Yanina Creo, Romina Maydana, Mirta Jakubowicz, Juan Lucero, Tobías Olveira, Fernando Segovia, Agustín Ferreyra, Walter Buzeta, Franco del Campo, Damián García, Guillermo Alfaro, Walter Smiraglia, Fausto Badino – Escenografía: Zacarías Gianni – Vestuario: Juan Lucero, Claudia Ábalos, Corina Schvengerger – Dirección: Marcelo Silguero
La lucha externa y la interna acosaron a María Estuardo muchos años. No era tarea fácil doblegar la voluntad de su real pariente, la férrea Isabel I. Aunque en María Estuardo, su autor, el alemán Friedrich von Schiller, pone de plano algo más que un simple tire y afloje entre dos encumbradas mujeres de la realeza. Se trata de una lucha a brazo partido de dos fes (María, católica; Isabel, protestante), de libertad (María, presa desde hace casi dos décadas; Isabel, pese a ser la reina, no puede desligarse de las demandas de sus súbditos), de la primacía de la belleza externa y la pureza interna por sobre otras cuestiones; y es, en definitiva, la lucha de ambas mujeres por sobrevivir en un mundo claramente masculino. Así transcurre la adaptación de la obra de Schiller, Las dos reinas, que estrenó en agosto pasado en Buenos Aires.
Con la dirección del experimentado Marcelo Silguero, los eventos que preceden a la ejecución de la reina escocesa transcurren casi sin respiro. María (Paula Cantone) conmueve con su desdicha, convence sobre su idoneidad para ocupar el trono de Inglaterra y clama por justicia a una Isabel (Victoria Aragón) aparentemente cínica e inflexible, pero que por dentro está atravesada por su desgarrador deseo de ser ella misma. La impecable labor de ambas actrices es coronada por el candente encuentro entre ambas (que, en la realidad, nunca ocurrió), y además, como frutilla del postre, por una vibrante escena final que consolida todos los conflictos que aquejan a ambas mujeres.
La acertada elección del vestuario pone un marco estupendo a un drama que bien puede haber estado encuadrado en nuestro tiempo, un drama que las tres monjas (Mariana Litvin, Romina Maydana y Yanina Creo) preanuncian en todo momento durante el correr de los minutos, cual coro griego. Sir Pauleto (Juan Lucero), el conde L’Aubespine (Walter Buzeta), Mortimer (Tobías Olveira), Talbot (Guillermo Alfaro) y Leicester (Walter Smiraglia) danzan en un juego interminable de sospechas y conspiraciones cuyo fin ulterior, el de la libertad de María, se dirime en una tensión constante entre el éxito y el fracaso de semejante empresa.
Marcelo Silguero, que ya había dirigido este año Las de Barranco, de Gregorio de Laferrère, vuelve a apostar fuerte a los títulos clásicos del teatro, con enorme rigurosidad y logrando un efecto fenomenal de sano equilibrio entre el lenguaje y los temas de época con las pasiones humanas de la actualidad. Viviana Aubele
Sábados a las 20
Teatro CPM Multiescena
Av. Corrientes 1764 – Cap.
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