Las cautivas – Actúan: Laura Paredes, Lorena Vega – Música y sonido: Ian Shifres – Iluminación: Matías Sendón – Vestuario: Magda Banach – Escenografía: Rodrigo González Garillo – Dirección: Mariano Tenconi Blanco
La obra está ambientada en el siglo XIX, en la geografía monótona de La Pampa. Un malón irrumpe en una boda y secuestra a Celine, una joven francesa. Una vez que esté en la tribu, será la india Rosalila quien acuda a salvarla.
Las cautivas se ofrece como una refundación mítica, como pura ficción o como una metafísica. Es la primera experiencia del proyecto La Saga Europea, un conjunto de cuatro obras ambientadas en el siglo XIX que se proponen explorar la relación entre Latinoamérica y Europa a través de la literatura y que continuará este año con el estreno de Las Ciencias Naturales.
El espectáculo, de la Compañía Teatro Futuro, se estrenó durante la temporada pasada y tuvo gran repercusión en el Teatro de la Ribera. Las cautivas, reescritura de La cautiva de Esteban Echeverría, contiene reminiscencias varias, como Shakespeare, Sara Gallardo, Copi y Cabezón Cámara.
Celine llama a Rosalila: Atala, en referencia a una novela de Chateaubriand y Rosalila llama a Celine, la elegida. Rosalila se conecta con las fuerzas superiores, se define como la mensajera. Ellas vivirán un amor que es como una picadura de serpiente. Con lenguajes claramente diferenciados, cada una llevará a cabo su monólogo, como si estuvieran viviendo realidades distintas, pero próximas. Las dos mujeres se fugarán juntas a través de la Pampa. Atravesarán soles, lluvias, hambre, peleas, un tigre, un mono, dos soldados, una niña enferma y varios ríos.
“Hay que tener un ojo puesto en la inteligencia francesa y el otro clavado en las entrañas de la Patria”, fue la consigna de Echeverría. Nos dice Mariano Tenconi Blanco (dramaturgo y director) que el comienzo de la literatura argentina es indisociable de la literatura francesa pero, al mismo tiempo, esta nace unida al error, a la traducción, a la cita, al plagio, a la falsificación, a la urgencia, a la libertad ficcional. En Las cautivas puede apreciarse un fino trabajo con el lenguaje y un anclaje fuerte en referencias que se tornan inevitables.
Una historia de amor nace entre una india y una cautiva. Con descripciones eróticas, cada una sabrá invocar momentos de humor y de sensualidad. Celine se comunica de forma refinada, en verso y Rosalila lo hace de forma más rudimentaria, aunque no exenta de poesía. Lorena Vega impacta con su presencia escénica y su firme tono de voz; con su mirada y sus gestos construye hábilmente un personaje potente y rico en matices. La actuación de Laura Paredes, también muy lograda, combina sutilezas e ironías, con una rica expresividad.
Ian Shifres, a cargo de la música, consigue el marco sonoro perfecto para una ambientación que desde lo minimalista resulta muy creativa. Tenconi Blanco en la dramaturgia y la dirección, demuestra una vez más su afianzamiento como una voz resonante en el teatro de nuestro país. Milly Vázquez
Se dio hasta mediados de 2022
Teatro de la Ribera
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