LA ÚLTIMA VEZ (que me tiré a un precipicio)

Victoria Almeida en un seductor unipersonal

La última vez (que me tiré a un precipicio) – Actuación y Vestuario: Victoria Almeida – Iluminación: Gonzalo Calcagno, Omar Possemato – Escenografía: Sebastián González – Video: Gonzalo Almeida – Música: Mauricio Mayer – Autoría: Victoria Almeida, Georges Lewis  – Dirección: Mario Luis Marino

El curioso unipersonal que ha pergeñado Victoria Almeida tiene una sencilla y lúdica puesta en escena, con imágenes -escenográficas y fílmicas- que dejan volar la imaginación del espectador, así como la protagonista vuela hacia el derrotero que el precipicio le propone, sin dramas aparentes, más como una travesura, como un descubrimiento. El texto de La última vez (que me tiré a un precipicio) es simple, pero atrayente, pues apela al corazón, a los sentimientos, a la historia de una vida, la del personaje ocurrente, tierno, y con la pizca justa de locura que la actriz dosifica sabiamente. Mientras los pies, al borde de alguna edilicia viga, parecerían querer hacer de las suyas en vez de responder a los designios de la razón, la boca opina, el cuerpo habla, las manos gesticulan, y los ojos dejan entrever las reflexiones de una mente inquieta.

Todo eso no sería posible, si Almeida no fuese la genial actriz que es. Ella maneja con notable histrionismo el drama y la comedia, junto al mágico y sorprendente lenguaje del clown, cantando y saltando, adjudicándole en todo momento su personal impronta que muy bien ha aprovechado y marcado el director Mario Luis Marino, con una precisa iluminación y un vestuario candoroso.

Por momentos parecería que la actriz formara parte de la escenografía, tanto en las proyecciones como en los mínimos elementos, y en esto también tiene muchísimo que ver su dominio corporal que evidencia una muy variada y completa formación. También cobra vida el banco de plaza en el cual se funde, el espejo en el cual se adentra, la cornisa que juega con su vértigo, a tal punto que la cohesión de la aparente realidad con el onírico universo visual conforma una imagen de particular y atractiva estética, que condice con los desafíos de la niña, inocente y perspicaz al mismo tiempo, capaz de emocionar con sus planteos existenciales sin dejar de reír ante el más imprevisto dilema. Martin Wullich

LA u00daLTIMA VEZ (que me tiru00e9 a un precipicio) - Teatro - martinwullich.com

Se dio hasta principios 2010
Teatro El Piccolino
Fitz Roy 2056 – Cap.
(011) 4779-0353

www.elpiccolino.com.ar

 

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