La lengua es un músculo pero el lenguaje es un virus – Intérprete: Diego Carreño –Voces en off: Lucía Baya Casal, Carolina Vespa, Noelia Vittori, Marcelo Xicarts – Arte, Escenografía y Vestuario: Analía Cristina Morales – Iluminación: Leandra Rodríguez Adea – Música y sonido: Pablo Bronzini – Dramaturgia: Gabriel Wolf y Diego Carreño – Dirección: Gabriel Wolf
La obra nos presenta a un lingüista en el último tramo de terminar la tesis que lo volverá finalmente filólogo, tras veinticuatro años de trabajo y reclusión en la casa del cerro de su familia. Dicha tesis se propone comprobar el planteo de William Burroughs en el que afirma que el lenguaje es un virus.
La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus se gesta a partir de textos recopilados de la cuenta de Facebook de Gabriel Wolf, quien también la dirige. Junto a Diego Carreño han logrado teatralizar esos escritos de manera excelente. La obra pone como eje protagónico -como es de esperarse tras haber oído su título- al lenguaje. Así, ejemplifica diferentes figuras retóricas que serán parte de la monstruosa tesis de nuestro protagonista, tales como la metáfora, la paradoja, la paronomasia, la dubitación, el cancionismo, entre otras.
La actuación de Carreño es desopilante. Son sesenta minutos de risas sin parar. A pesar de las carcajadas que nos pueda producir, la obra tiene su trasfondo trágico. El protagonista, un tipo solitario y despreciado por su familia, se embarca en una misión titánica, de veinticuatro años de duración, que le da un poco de sentido a su vida vacía, pero a la que finalmente encuentra estéril.
La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus indaga de manera correcta la condición trágica del hombre, usando al humor lingüístico, al mejor estilo Les Luthiers, para que semejante trago amargo no solo sea digerible, sino también disfrutable. Lucio Oliveto
Sábados a las 22
(Agosto 2024)
Camarín de las Musas
Mario Bravo 960 – Cap.
(011)4862-0655
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