La cenicienta – Ballet en tres actos – Coreografía: Ben Stevenson – Música: Serguei Prokofiev – Primeros bailarines invitados: Dorothée Gilbert (Ópera de París) y Marcelo Gomes – Ballet: Estable del Teatro Colón – Dir.: Paloma Herrera – Orquesta: Estable del Teatro Colón – Dir.: Jesús Medina
En una época plagada de ofertas multimediáticas, ¿qué le da atractivo hoy a La cenicienta, un cuento creado por Charles Perrault hace más de 300 años? Sin duda, la respuesta será la dosis de innovación que se le imprima a esta típica historia de malos y buenos con final feliz. Varias versiones coreográficas (Skibine, Lastra, Zanella, con dispares resultados) han transitado el escenario del Colón, que ahora sumó al repertorio de su Ballet Estable la del inglés Ben Stevenson.
La obra fue creada en 1970. Los casi cincuenta años de vida se notan en cierto envejecimiento en cuanto a vestuario y concepción visual y lumínica (poco imaginativo este último ítem). La fantasía y la magia faltaron a la cita, y se extrañó algo más de brillo en el palacio del príncipe, con sus arañas pintadas.
Enfocando su creación en el estilo clásico, Stevenson jugó su ficha más a lo teatral que a lo técnico; algunos golpes de efecto como el violento castigo propinado por la madrastra a la protagonista (bofetada incluida) y el jugueteo con el retrato de su madre muerta, convivieron con los grotescos movimientos de las hermanastras. Los fragmentos coreográficos destinados a los personajes principales y solistas fueron interesantes, pero una pizca más de imaginación hubiera sido deseable para el diseño del vals en el palacio.
La pareja de bailarines invitados prestigió la función que comentamos. Viejo conocido de Buenos Aires, Marcelo Gomes fue un príncipe ideal, excelente partenaire, expresivo y seguro; un artista completo. La etoile de la Ópera de París Dorothée Gilbert, bailando por primera vez esta versión, estrenó una Cenicienta perfecta, con toda la elegancia de la escuela francesa desplegada en brazos y manos, y hermosa línea.
El joven Jiva Velázquez le dio simpatía y espectacularidad a su Bufón; Franco Noriega se lució como el maestro de baile; y Ayelén Sánchez fue una delicada Hada madrina. El cuerpo de baile y demás solistas tuvieron un desempeño eficaz, en cambio la Orquesta Estable ofreció una lectura deslucida de la partitura de Prokofiev. Patricia Casañas
Fue el 22 de octubre de 2019
Teatro Colón
Libertad 621 – Cap.
(011) 4378-7100
teatrocolon.org.ar
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