FEDRA, grandiosa recreación

Fabulosa versión compuesta por Mario Perusso y puesta en escena por su hijo Marcelo

FEDRA de Mario Perusso - www.martinwullich.com
Música: Mario Perusso – Libreto, escenografía, vestuario y dirección de escena: Marcelo Perusso – Coreografía: Guillermina Tarsi – Iluminación: Rubén Conde – Cantan: Alejandra Malvino, Marcelo Puente, Leonardo Estévez, Haydée Dabusti, Daniela Tabernig, Florencia Machado, Alicia Alduncín y Gustavo Feulien – Orquesta Estable del Teatro Colón

Pocas veces se ha visto un nivel tan parejo de estupendos cantantes transmitiendo, en este caso, la mitológica historia de Fedra. El tremendo drama cobra vida no sólo en las voces sino en la calidad histriónica de cada uno. Un elenco totalmente argentino, partiendo desde su compositor, brilla en un escenario que denota un colosal trabajo de equipo.

El personaje principal, encarnado por Alejandra Malvino, logra un maravilloso final del primer acto marcando igualmente la locura y la pasión erótica que la une con Hipólito –Marcelo Puente-, en el momento musical quizás más lírico y deleitable. No se quedan atrás Daniela Tabernig, como Aricia, impactando con sus potentes agudos y en una antológica muerte a manos de Fedra, ni Haydée Dabusti personificando a la nodriza en el justo punto del personaje impresionado por las iras de su ama.  Gustavo Feulien personifica a Terámenes, e impone su abaritonado tono tan convincentemente como lo hizo en Lohengrin. Algunos detalles de texto se han escapado, como el uso del posesivo en “la mirada que llevo dentro mío”, que debería ser “dentro de mi”, así como es llamativo que algunas cantantes enfaticen la letra “ll” pronunciando doncesha, brisho, cabeshera y orgusho.

Mario Perusso ha creado esencialmente climas musicales que acompañan magníficamente cada momento de la tragedia, pero se extraña una línea melódica o cantable. La Orquesta Estable del Teatro Colón, dirigida por el mismo, los interpretó en forma sobresaliente. Marcelo Perusso ha pergeñado una puesta en escena fantástica, poniendo un particular sello en la escenografía y en el vestuario, con la iluminación de Rubén Conde en visiones cinematográficas, desde el primer cuadro en que Hipólito y Terámenes, ataviados de cuero y cubiertos con máscaras, azuzan con cierto sadismo una jauría de perros –encarnados por hombres- preparándose para salir en una noche de plenilunio. Los Perusso han acentuado este clásico, con rótulo propio, fascinando al espectador. Martin Wullich

Se dio hasta fin de octubre 2012
Teatro Colón
Libertad 621 – Cap.
www.teatrocolon.org.ar

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