CAPELLA ISTROPOLITANA, delicias vienesas

Excelente propuesta de Nuova Harmonia para el inicio de la temporada 2016. Encantadora Angelika Kirchschlager.

Durante mucho tiempo la ciudad de Viena fue la capital europea de la música. Allí residían los compositores más importantes y se marcaban las tendencias del momento. En aquella ciudad nació y vivió Franz Schubert, a quien le bastaron sus escasos 31 años de vida para dejar una marca indeleble en la historia de la música. Inquieta un poco saber que buena parte de las obras orquestales que compuso, entre ellas la Sinfonía Nº 3 con la que abrió el programa que se comenta, jamás se interpretaron mientras él vivió. Es que los editores de su época lo consideraban apenas un buen escritor de canciones y, aunque sus amigos lo ayudaban, nunca tuvo medios económicos que le permitiesen costear proyectos de mayor envergadura.

Capella Istropolitana, fundada en 1983 en Bratislava y dirigida desde 1996 por su concertino, Robert Marecek, dedicó la primera parte de su presentación al compositor, sumando una serie de canciones a cargo de la autorizada voz de la mezzosoprano Angelika Kirchschlager, decididamente encantadora a pesar de que -debido a la acústica de la sala- por momentos habría requerido más  volumen. No obstante, la cantante austríaca derrochó simpatía y un canto delicado y claro, con un acompañamiento preciso por parte de la orquesta.

En la segunda parte, piezas vienesas de Johann Strauss, Robert Stolz, Richard Heuberger y Rudolf Sieczynski nos trasladaron mágicamente a ese tiempo en el cual la Europa decimonónica vivía una gran fiesta, plena de valses y alegría, haciendo difícil presagiar los horrores de las futuras guerras mundiales. No hubiese estado de más la traducción de los textos de las canciones, mediante sobretitulado o impresa en el programa de mano.

El Teatro Coliseo representa una buena alternativa para ofrecer conciertos de música clásica en la ciudad de Buenos Aires, y el ciclo de Nuova Harmonía en particular propone una temporada muy interesante, con notables figuras tales como la Kremerata Baltica, los Solistas de Tel Aviv, el Ballet del SODRE, las orquestas sinfónicas de Bamberg y de Siberia, o la Orchestra della Toscana.

El único detalle penoso fue puesto por una parte del público: nadie está obligado a saber cuándo debe o no aplaudirse en una obra con varios movimientos, eso es una cuestión de información. Pero levantarse y comenzar a retirarse mientras los músicos comienzan a saludar, o incluso durante el desarrollo del bis ofrecido, eso es más grave, pues tiene que ver con una falta de educación. Algo ajeno por completo a la organización del ciclo, por supuesto. Germán A. Serain

Fue el 8 de abril
Teatro Coliseo
Marcelo T. de Alvear 1125 – Cap.
(011) 4816-3789
www.teatrocoliseo.org.ar/nuova-harmonia

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