BERESTOWOIK, ameno minimalismo

Dos sobrinos y su tío, de ucranianas tradiciones, a la espera de una fiesta poco tradicional

 BerestowoikActúan: Luis Aponte, Walter Jakob, Horacio Marassi, Marcelo Mariño – Vestuario: Julia Catalá – Iluminación: Adrián Grimozzi – Sonido: Agustín Mendilaharzu y Agustín Rolandelli – Autor: Luis Aponte – Dirección: Walter Jakob y Carolina Zaccagnini

3 metros x 4, esas son aproximadamente las medidas del espacio en donde se desarrolla la escena, y esto incluye al público. Tan solo 20 personas pueden participar cada función de la increíble experiencia de convivir en esta auténtica habitación de una vieja casona de la calle Luis Sáenz Peña. Hasta quien opera luces y sonido está allí, a tal punto que se puede escuchar el sonido de la tecla que es pulsada para que en la obra suene un timbre. Hay otros espacios, fuera de la habitación, en donde suceden cosas, pero solo se escuchan los sonidos. En los momentos de intimidad se escuchan también las respiraciones. También es real la comida que se sirve –kapusta– y su aroma de repollo inunda el pequeño recinto, mientras la acompañan con algo de pan, una botella de ginebra y un sifón. No es el único aroma que se percibe en el transcurso de la historia, hay desodorante y tabaco para olisquear.

Comparten la mesa dos hermanos junto a su tío ludópata. Hablan de costumbres ancestrales, de la familia, de mujeres, del amor, también del juego que tiene atrapado al tío, y que es uno de los ejes de la historia. Usan, a veces, palabras de origen ucraniano, particularmente cuando juegan a los naipes. Son los Berestowoik, se quieren mucho, se ayudan, se comprenden, aparecen seguros pero cada uno tiene su talón de Aquiles, y todos son generosos cuando este se tiñe de necesidad. Esa debilidad es aprovechada por un vivillo que logra manejarlos a su arbitrio, esgrimiendo como arma indiscutible la ayuda a jugadores compulsivos. Es, a partir de ese momento, donde el relato de Luis Aponte, con dirección de Walter Jakob y Carolina Zaccagnini, llega a su momento más dramático y a la vez más disparatado, donde el humor aparece de lleno junto a problemas insoslayables.

El personaje crápula y loco que recrea Marcelo Mariño está perfectamente marcado en su delirio y el actor realiza un trabajo creativo, sutil y convincente. Su elocuencia gestual deja entrever una atribulada personalidad, con creciente suspenso, particularmente cuando intenta aplicar el supuestamente efectivo tratamiento. Horacio Marassi compone un rol notable generando un tío que, fuera de su patología, es absolutamente tierno, querible, respetable y respetuoso de sus mas caras tradiciones.  También hay mucha magia -especialmente cuando el hermano mayor (Walter Jakob) enseña a bailar con precisión coreográfica al menor (Luis Aponte)-, y mucha poesía en la omnipresente energía de una protagónica piedra, o en la dramática y patética travestización final, para contar esta historia de aparente cotidianidad con  llamativas aristas. Martin Wullich

BERESTOWOIK (teatro) - martinwullich.com

Se dio hasta noviembre de 2009
Teatro Silencio de Negras
Luis Sáenz Peña 663 – Cap.
(011) 4381-1445

silenciodenegras.wordpress.com

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