En esta carta, de China Zorrilla a Páez Vilaró, fechada el 11 de abril de 1978, la actriz China Zorrilla le escribe al artista Carlos Páez Vilaró. En ella habla de un éxito teatral en Argentina y su pena por la prohibición para actuar en Uruguay (debido a la dictadura militar), también de la vez que fue a buscarlo junto al entonces jovencísimo pintor Sebastián Spreng (hoy reside en Miami y es colaborador de este portal), entre otros ricos detalles escritos a máquina, pero con despedida manuscrita junto a su firma.
En papel membretado con su nombre, China Zorrilla escribe:
“Querido Carlitos:
Seguramente tendrás este recorte de LA OPINIÓN del viernes 10 de Febrero. Te la habrán hecho llegar algunos de los innumerables amigos y “fans” que tenés en este mundo, y que, como yo, habrá tenido aquel viernes 10 de Febrero, la alegría de leer la nota sobre tí y tu Casapueblo. Después de dos meses, termino de releerla, y volvió a gustarme. Te la mando, simplemente, para que sepas que la guardé, para ti, para mandártela, como ahora, tarde, pero segura… A cada rato, aquí o en Nueva York, o en Caracas, (sabes que soy medio saltimbanqui…) aparecés en una conversación y siempre me da gusto poder decir que sos mi amigo. De esos amigos que se ven de tanto en tanto, de año en año, o más, pero con los cuales nunca se corta el diálogo.
Anduve hace poco, por tu casa. Había ido a pasar unos días a la casa de Carlitos Perciavalle (ex casa de Alfredo Behrens, mi primo) y había llevado conmigo a Sebastián Spreng, joven pintor argentino de 22 años, que es un poco mi “hijo adoptivo” en esta tierra tan querida. Lo conocí cuando tenía 15 años y me llamaron la atención de entrada su increíble madurez y su optimismo, a pesar de estar sentado en una silla de ruedas desde los 12 años. Después conocí su pintura y lo conocí más a él. Resultado: es como si fuera mi hijo. Tanto, que en unas cortas vacaciones que me tomé en la Laguna del Sauce, lo llevé conmigo. Le había hablado mucho de ti, y aunque te conocía de mentas, yo sabía que conocerte iba a ser para él una experiencia muy gratificante. En una tarde de perros, de lluvia, frío y viento, llegamos con mi pobre Peugeot hasta la Casapueblo. No estabas! Nos quedamos los dos muy frustrados. El, con sus ganas de conocerte. Yo, las de darte un abrazo siempre postergado. Pero… volveremos, espero.
Yo estoy en este momento disfrutando de un éxito teatral que me halaga mucho. Se trata de la obra argentina ENCANTADA DE CONOCERLO, de Oscar Viale que estrenamos en el Regina el 6 de Enero y que ha sido un éxito de crítica y público sin precedentes. Yo tengo el rol super protagónico de la madre, “doña Erminda”, y casi te diría que algunas críticas me hicieron sonrojar… Creo que tenemos para todo el año o más. Me va muy bien aquí. Pero te juro que daría gustosa todos mis éxitos porteños, por poder volver a actuar en mi tierra. Las posibilidades de que ésto ocurra siguen siendo remotas, ya que mi prohibición sigue en pie. Pero espero no morirme sin que vuelvan a aplaudirme mis compatriotas. Doña Bimba ya tiene 81 años y creo que mi problema es lo único que evidentemente, la está haciendo envejecer. El viejo y querido escultor se fue a tiempo… No vio esta ignominia.
Pero no quiero ponerme triste. El objeto de estas líneas, fue simplemente mandarte el recorte, decirte que te recuerdo siempre con cariño, y que nunca olvidaré la divina tozudez con que luchaste por encontrar a tu cachorro perdido. Un gran abrazo. China”.
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