Rafael García nació en Chile, pero por esas cosas de la vida, Brasil es su hogar. De ese país es su esposa, la pianista pernambucana Ana Lucía Altino. Hace dos décadas, el maestro García creó la Orquesta Virtuosi de Pernambuco, conformada no sólo por músicos nacidos en Brasil, sino por talentos de otros países latinoamericanos: verdadero espíritu de unión entre hermanos latinoamericanos, tal como lo resaltó entre obra y obra a lo largo de todo el concierto que se hizo en el marco de la gira internacional de esta orquesta.
Con vehemencia pero no desprovisto de un espléndido rapport con la audiencia y enorme simpatía -a punto tal que él mismo alentaba a la gente a seguir aplaudiendo a los músicos, cual hinchada en un estadio de fútbol- el maestro García dirigió a esta orquesta de virtuosi latinoamericanos, cuya primera intervención fue el Concierto en do mayor para piccolo y orquesta de cuerdas, una bella pieza de Antonio Vivaldi donde nuestro país fue muy bien representado por el argentino Horacio Massone en piccolo, en un perfecto diálogo con el resto de la orquesta. El director, brasileño de corazón, anunció luego una obra de Edino Krieger: la Brasiliana para viola y cuerdas—una de las más reconocidas de este compositor nacido en Santa Catarina en 1928—con la impecable participación solista del hijo del maestro, Rafael Altino.
Niccolò Paganini también estuvo en el repertorio con la Sonata para la gran viola op. 35 MS 70, también con Altino como solista. Estrenada en Londres en 1834, la obra es producto del interés que Paganini tenía por la viola. De hecho, le encargó al luthier italiano Francesco Borghi la confección de una viola de cinco cuerdas para esta obra. Edvard Grieg siguió con su Suite Holberg op. 40, un ejemplo de música del siglo xix que utiliza formas y estilos del siglo anterior.
Tres piezas más fueron las elegidas para esta verdadera fiesta musical, dos relacionadas con compositores clásicos y una de un compositor brasileño contemporáneo: Introduction et Rondo Capriccioso op 28 de Camille Saint-Saëns, Biosfera para orquesta de cuerdas de Marlos Nobre y, del español Pablo de Sarasate, la Fantasía Carmen op. 25, sobre la inmortal obra de Georges Bizet. En esta última participó como solista la espléndida Clara-Jumi Kang, niña prodigio nacida en Alemania de padres coreanos.
Visiblemente emocionado y eufórico -no era para menos ya que orquesta y solistas se lucieron todos por igual-, el maestro García trajo una sobrada muestra de talento y una equilibrada elección de obras. Para el aplauso. Viviana Aubele
Fue el 18 de diciembre de 2016
Centro Cultural Kirchner
Sarmiento 151 – Cap.
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