VERÓNICA WALFISCH, entre el teatro y la canción

Próxima a presentar en vivo su primer álbum, la actriz y cantante revela cómo transformó la intimidad en música

Debatiéndose entre actuar historias ajenas y componer canciones propias, la voz de Verónica Walfisch brilla con su propio esplendor. Venció su timidez y se animó a contar lo propio, a desnudarse a través de la música. Ella, una actriz acostumbrada a poner el cuerpo pero no siempre la interioridad del alma, nos muestra ahora un poco de ese mundo que la habita. Conversamos con ella sobre Lo que corre delante de mí, su primer disco solista, y sobre los músicos que la acompañan en este recorrido creativo, todos fundamentales en un proceso que despierta gran expectativa por su próxima presentación en vivo y su lanzamiento en plataformas como YouTube y Spotify.


Contanos de la gestación del disco en pandemia junto a tu maestro y productor, Guillermo Pesoa.

Era un deseo que venía postergando desde mi repertorio como cantante, pero nunca sucedía. Después empecé a cantar mis propias canciones. Cuando llegó la pandemia se terminaron los recitales y me encontré con mucho tiempo libre. Me puse a cursar una diplomatura en arte y educación en la UNSAM y le propuse a Pesoa que pensáramos en mi disco. Pasé un año entero grabando en casa, escuchando y escuchando, con muchas pruebas fallidas. Elegimos instrumentos e imaginamos sonoridades. Decidimos que lo primero era sumar un contrabajo, así llegó Federico Ghazarossian al proyecto. Trabajamos durante un año, después salimos a tocar juntos en dúo; el disco ya se había puesto en marcha, y acá estamos.

Comenzaste a presentarte como intérprete con un repertorio de canciones de amor con raíz folklórica, como Noches de serenata. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Ya componías en esa época?

Fue una experiencia hermosa. Una larga y minuciosa búsqueda de repertorio latinoamericano. ¡Recuerdo hacer compilados y escuchar durante horas, en casetes! En ese momento ni imaginaba componer. Me acompañaron varios guitarristas y hasta tuve una banda. Mucho aprendizaje y bastante diversión.

¿Cómo fue que te animaste a comenzar tus estudios de piano, luego de la insistencia de tus alumnos de canto?

En realidad no fue por pedido de ellos, simplemente necesité aprender piano para dar clases de mejor calidad. Y también para enriquecer mi tarea como cantante, por supuesto. El piano para mí es un feliz viaje sin retorno: no toco tan bien como me gustaría, pero sigo estudiando.

¿Qué relación tenés con la exposición pública? He visto que tenés amplia experiencia en teatro y televisión.

Soy actriz, el escenario es casi como mi casa, son muchos años, y lo disfruto. Pero me costó salir a cantar como solista, me llevó tiempo. Habitar el escenario como cantautora ha sido una experiencia muy intensa y sin filtros: no hay un personaje escrito por otros, como en la ficción. Es diferente; creo que la exposición la sentí más.

¿Cómo se te ocurrió titular tu disco Lo que corre delante de mí?

Tardé en llegar a un título, creí que iba a ser sencillo, pero no. Busqué mucho y finalmente elegí esta frase de mi canción Ciruelas, que funciona como una buena síntesis del disco y de mis canciones en general.

¿Qué nos podés decir de los años que transcurrieron y el pulimiento de las canciones hasta llegar a la versión final del disco?

La aventura DISCO, como yo la llamo, comenzó en 2021. Primero elegí las canciones y pensé qué instrumentos quería sumar al piano y a mi voz. Descubrí lo inestables que eran y que no era tan fácil grabarlas en un primer intento; estaba acostumbrada a la anarquía de tocar sola. Con Pesoa debatimos sobre texturas, sonoridades, estilos. ¿Cómo lograr que las canciones conservaran su intención inicial? Sumar el contrabajo, con los arreglos de Ghazarossian, fue un gran paso adelante. Trabajamos mucho tiempo y las ideas fueron sedimentando. Después de varios ensayos decidimos grabar piano, voz y contrabajo como si tocáramos en vivo: fue lo mejor. Al final Pesoa sumó acordeón y violín, arreglos hermosos y precisos. Aprendí muchísimo y disfruté cada paso.

¿Qué nos podés decir de los músicos que te acompañan?

Lo primero que puedo decir es que Pesoa y Ghazarossian son dos músicos que admiro y quiero profundamente. Guillermo Pesoa fue mi maestro, lo admiraba desde antes de conocerlo; con él comencé a componer, y de un modo u otro siempre está ahí, acompañándome y alentándome. No podía imaginar otro músico mejor para producir este disco. ¡Y toca el acordeón!

Federico Ghazarossian se sumó a mis canciones con su contrabajo, un regalazo inesperado. Yo era super fan de Don Cornelio, imaginate. Su compromiso y respeto por mis canciones han sido una alegría y un apoyo inmenso. Eternamente agradecida.

Grabar con Gustavo Semmartin fue un lujo también; soy fan de su música desde hace tiempo. Luján Ricci es nuestra violinista invitada: interpretó hermosamente los arreglos de Pesoa. Imposible imaginar mis canciones sin un violín, quedó precioso.

En tu proceso de composición, ¿qué viene primero: la letra o la melodía?

Cada vez es diferente, no tengo una fórmula. Cada canción tiene su propia manera de desarrollarse. Lo mío es bastante intuitivo.

¿Cuáles son los temas que te gusta abordar en tus canciones?

En una primera instancia siempre hay algo que tiene que ver con lo intangible, lo inasible, como si tirara de un hilo que no sé dónde está anclado. También son letras con muchas imágenes, relatos visuales tal vez. No me propongo hablar de algo en particular: se va develando. A lo mejor debería intentarlo.

Pasaste un tiempo en silencio, alejada del canto. ¿Por qué?

Simplemente empecé a estudiar teatro y a esconderme en la ficción. Canté en coros varios años, ahí me sentía amparada en lo grupal; cantar sola me daba mucha timidez, me costaba bastante, y me quedé callada un buen rato.

¿Te considerás una persona tímida?

Un poco, sí. Pero antes era mucho más tímida.

¿Cuáles fueron tus primeros acercamientos al camino de la música?

Desde que tengo memoria. En mi casa se escuchaba música de todo tipo y desde que recuerdo jugaba a ser cantante y actriz. Miraba los programas musicales de TV, inventaba canciones, improvisaba. Formalmente empecé a cantar en el coro de la escuela primaria.

¿Qué expectativas te genera este nuevo lanzamiento en plataformas y la presentación del 27 de noviembre en Hasta Trilce?

Alegría. La satisfacción de haber logrado grabar este disco que es la síntesis de un recorrido hermoso e inesperado. Me gustaría que vinieran a la presentación a compartir la música, eso lo convertiría en una gran fiesta. Y que lo escuchen, por supuesto, y lo disfruten. Ojalá así sea.

Jueves 27 de noviembre de 2025 a las 21
Teatro Hasta Trilce
Maza 177 – CABA
(011) 4862-1758
Entradas por Alternativa

Ciruelas

Verónica Walfisch en Bandcamp

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