Hablar de Tony Levin es hacer referencia a una especie de leyenda del rock. Bajista estable de Peter Gabriel e integrante de King Crimson, trabajó con multitud de artistas, incluidos John Lennon, Lou Reed, David Bowie, Paul Simon, James Taylor y Pink Floyd, entre muchos otros. También es el alma mater del grupo Stikmen, que estuvo por última vez en Buenos Aires en mayo del 2015. Con un grupo u otro, lo cierto es que esta ciudad ya lo tiene como un visitante frecuente. Pero en esta ocasión la propuesta musical fue completamente distinta. Esta vez el género musical que lo convocó fue el jazz, a través del grupo que lo tiene como líder en forma conjunta con su hermano, Pete Levin, en los teclados: The Levin Brothers.
Los dos hermanos se han cruzado varias veces en grabaciones como sesionistas de otros músicos, o bien en alguna de las giras internacionales de Paul Simon, pero finalmente decidieron que era hora de establecer un proyecto musical propio. Así nació The Levin Brothers, que en 2014 registró su hasta ahora único disco en los Estudios NRS de Scott Petito, en el área de Woodstock, donde ambos residen. La agrupación, que se completa con Erik Lawrence en saxofón y Jeff Siegel en batería, suena sólida y directa, tanto en el disco homónimo como sobre el escenario.
El repertorio que interpretan es mayormente original. Los hermanos crecieron en Brookline, un suburbio de Boston, en Massachusetts, y allí se acercaron a la música. Tuvieron entrenamiento en música académica, pero también se empaparon en grabaciones de jazz de la década del ’50. Los discos del contrabajista Oscar Pettiford y del trompetista francés Julius Watkins los influyeron profundamente, incluso cuando ellos se dedicaran a otros géneros. Ahora se toman la libertad de retomar aquel estilo de melodías pegadizas, grooves profundos y solos apretados, según eligen definir la música que hacen. En vivo, sin embargo, el grupo también incluye varios covers, que son particularmente festejados por el público. Ya se sabe: a todos nos gusta reconocer. Así suenan la Milonga del ángel de Astor Piazzolla, Cinema Paradiso de Ennio Morricone, Don’t give up de Peter Gabriel o el tradicional Scarabough Fair, erróneamente atribuida a Paul Simon, ya que se trata de una antigua pieza tradicional británica, de autor desconocido. También sonó un tema de King Crimson: Matte Kudasai.
La fórmula es tan sencilla como efectiva. Se trata de un grupo de hermanos y amigos que se reúnen para hacer jazz y blues no por negocio, sino por puro placer. Y lo que sucede es mágico: los cuatro integrantes de la banda son tan buenos músicos que el resultado termina siendo insuperable. Además el grupo asume un desafío preciso: en un tiempo donde el show escénico parece ser la norma vigente, ellos se dedican a hacer música sin mayor espectacularidad, haciéndose fuertes en la sobriedad y el puro swing. El resultado es excelente. Hay que destacar que en esta ocasión el sonido que ofreció el ND Teatro fue realmente muy bueno, lo cual contribuyó al lucimiento de los músicos. Sin desmerecer los otros muchos emprendimientos musicales asumidos por Tony Levin, es de esperar que este cuarteto tenga continuidad y nos ofrezca pronto nuevo material. Germán A. Serain
Fue el 18 de marzo de 2017
ND Teatro
Paraguay 918 – Cap.
ndteatro.com.ar
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