TEMPORADA COLÓN 2022, ¿otra vez sopa?

Un poco más de lo mismo en las propuestas líricas y de ballet

“¿Otra vez La Bohème?” fue el grito en el cielo de los miembros de un grupo de una conocida red social, dedicado a amantes de la música clásica y simpatizantes del Teatro Colón. Se referían a una  nueva representación de esa ópera para la Temporada Colón 2022. La frase sonó mucho a aquella queja que los chicos suelen hacer: “¿Otra vez sopa?”. Es cierto que la historia del desgraciado amor de Rodolfo y Mimí sigue conmoviendo audiencias, que el Vals de Musetta suena en los oídos de todo melómano, y que quienes en 1987 tuvieron la dicha de ver a Luciano Pavarotti pisar las tablas del primer coliseo para el papel de Rodolfo atesoran en sus oídos y retinas un placer sin parangón.

La Bohème fue compuesta a fines del siglo XIX por Giacomo Puccini. El estreno fue en 1896 en Turín, con Arturo Toscanini en el podio. En 1905 se estrenó en la Argentina, en el actual Teatro Ópera, ocasión para la que el maestro Puccini pisó suelo nacional, y en 1909 se representó por vez primera en el Colón. A partir de entonces, La Bohème ha estado en más de cincuenta temporadas en escena. Su última vez en el Colón fue en 2018, y este año vuelve allí a partir del 15 de marzo.

Sin embargo, parece ser que Tosca -otra de la “trilogía” pucciniana, además de Madama Butterfly– no se queda atrás. Si uno se toma el trabajo de mirar en el sitio web del teatro Colón las ofertas de las temporadas entre 2016 y 2022, puede darse cuenta que la historia de Floria y Cavaradossi se representó en 2016, y estaba proyectada para 2020. La pandemia frustró todos los planes. Este año vuelve a escena, con Anna Netrebko en el papel protagónico, en lugar de Virginia Tola o María José Sirri o Mónica Ferracani como se había programado para 2020. Nabucco, de Verdi, también estaba programada para 2020 y vuelve este año, al igual que El cónsul, de Gian Carlo Menotti. Otra ópera “repetida” es Gianni Schicchi (2018). 

¿Qué sucede con el ballet? Parece que también se servirá el mismo plato que otros años. El lago de los cisnes se representó en 2016, 2017 y 2019. Don Quijote pasó en 2016 y 2019. La Bayadera tuvo una representación en 2016 e iba a volver en 2020 pero, por las razones ya conocidas, se canceló. El cascanueces, un clásico, se vio en 2017 y 2018, y otros clásicos como Giselle, La fille mal gardée y Carmen (versión ballet) debieron cancelarse en 2020 y vuelven en 2022.

El melómano curioso quizás quiera aprovechar la facilidad que nos ofrece hoy el acceso a redes y comprobar si el repertorio universal de la lírica y del ballet se reduce a estos títulos, que indudablemente gozan de enorme trascendencia. Pongamos como ejemplo a Giuseppe Verdi: 28 óperas, de las que La Traviata, Rigoletto, Il Trovatore, Aida y Nabucco se llevan las palmas (la temporada 2022 del Colón tiene programado representar la última de estas obras). Pero Giovanna d’Arco, una preciosa ópera del mismo compositor, no parece haber tenido la misma suerte, solo por citar un ejemplo.

El sitio operabase.com arroja algunas estadísticas sobre la popularidad de las óperas. Mozart, Verdi y Puccini comparten el podio, seguidos por Rossini, Wagner y Donizetti. En los primeros tres lugares de óperas, están La flauta mágica, Carmen y… La Bohème. El ballet, por su parte, tiene en su top five a El lago de los cisnes, Cascanueces, Don Quijote, Romeo y Julieta, y Giselle.

¿Quién será primero: el huevo, o la gallina? ¿Los que tienen como misión elegir repertorio deciden qué obras reponer una y otra vez y el público debe adaptarse, o el público condiciona lo que las compañías artísticas y teatros deciden llevar a escena? ¿La Traviata es más taquillera que Luisa Miller? O quizás, tanto espectadores como compañías artísticas prefieren no salir de su zona de confort. ¿Quién ha podido deleitarse con el ballet Madame Lynch, de la compositora paraguaya radicada en Estados Unidos Nancy Luzko (en colaboración con su hermano Daniel)? ¿Cuánto hace que no se representa Anna Karenina?

Hoy, internet nos facilita curiosear y hallar verdaderas joyas de la música clásica. Si queremos que la música clásica en todas sus manifestaciones no se anquilose, no se estanque, bien podríamos los aficionados investigar por nuestra cuenta, ver videos, indagar en la historia y los detalles de esas obras que no gozan del favor sempiterno del público pero cuyo valor, profundidad y belleza no debemos desdeñar. Cada obra nos puede enseñar algo, puede ayudarnos a ampliar la mente. Ni la ópera ni el ballet tienen por qué ser reiterativos, ni se debe tener miedo a otras obras enterradas en el olvido que, por ese motivo, uno puede catalogar como “difícil” u “oscura”. Por otra parte, y en el caso del Teatro Colón, bien vendría que se dejaran de montar espectáculos que poco tienen que ver con el propósito de un teatro lírico y se aprovecharan tiempo y recursos para reponer las obras menos conocidas del repertorio universal. Viviana Aubele

Sitio Web Temporada Colón 2022

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