Souvenir (basada en la vida de Florence Foster Jenkins) – Autor: Stephen Temperley – Actúan: Karina K, Pablo Rotemberg – Vestuario: Renata Schussheim – Escenografía: Jorge Ferrari – Iluminación: Roberto Traferri – Dirección: Ricky Pashkus
La historia de Florence Foster Jenkins es tan desopilante y disparatada como tierna y cándida al mismo tiempo. Su absoluto convencimiento de que era una excelente cantante y la posibilidad económica de alquilar sin problemas el escenario que se le ocurriera para ser escuchada, la llevaron a la fama muy rápidamente. Y su celebridad no se debió a su talento, sino al hecho de no acertar una sola nota en las arias que cantaba. Para colmo, la considerada peor cantante de la historia no elegía un repertorio sencillo. Todo lo contrario, la famosa aria de la Reina de la Noche, de “La flauta mágica” de Mozart, era uno de sus highlights.
En Souvenir, el trabajo de Karina K en la personificación de la cantante es impecable. El retrato vivo y minucioso de Florence Foster Jenkins se hace presente en su forma de ser, en su actitud, en sus ademanes, en su excentricidad y, claro, en su canto. Su precisa desafinación es divertidamente atrayente. Karina juega su personaje en forma amena y le otorga el justo sello de ingenuidad e inexperiencia, junto a la autoridad propia de quien sabía lo que quería y nada le preocupaba la opinión del resto. Ni siquiera atendía las indicaciones y enseñanzas de su pianista, Cosme Mc Moon, magníficamente encarnado por Pablo Rotemberg, quien se luce tanto histriónicamente como en el acompañamiento instrumental. Es también un narrador riguroso que aporta las más llamativas y entretenidas anécdotas, preanunciando lo que vendrá, mientras vuelve a la escena donde su capacidad de asombro quedará desbordada ante los requerimientos y ocurrencias de Florence. El elocuente manejo corporal y gestual de Rotemberg, representando al paciente músico que finalmente entenderá esos dislates, eclosiona en una de las más divertidas y logradas escenas de la obra: el anuncio de la presentación en el Carnegie Hall.
Ricky Pashkus, aprovechando el delicioso texto de Stephen Temperley para Souvenir, ha marcado ajustadamente a los intérpretes, quienes entregan lo mejor de sí en aras del relato. Capítulo aparte merece el imponente, creativo y pintoresco vestuario concebido por la perspicaz Renata Schussheim, acorde a cada situación y puntillosamente realizado. La iluminación de Roberto Traferri -sobre todo en el final- genera el clima necesario para la comunión con el espíritu y el alma de la cantante, mientras Karina entona, emotivamente, el Ave María. Martin Wullich
Se dio hasta fin de 2012
Teatro Regina
Santa Fe 1235 – Cap.
(011) 4812-5470
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