Deliciosa es la idea musical de Charles Gounod para pintar en ópera la historia de amor más trágica de todos los tiempos, escrita por William Shakespeare. Sin embargo, como todo relato, se admiten variantes manteniendo la base. Eso fue lo que hizo el compositor francés, en principio. Y en el Avenida también Mercedes Marmorek hizo su válida reinterpretación sobre ambos, el escritor y el músico. Con minuciosidad y profesionalismo llevó a escena una preciosa versión, broche de oro de la estupenda temporada 2014 de Buenos Aires Lírica. Y claro, en vez de Verona hay París, ya está construida la torre Eiffel, y el romanticismo impregna luminosos carteles que claman “L’amour” y corazones muy kitsch rodeados por lamparitas y caruchas rozagantes.
La soprano Oriana Favaro presentó una Julieta descollante, sentimental, apasionada y creíble, manejando una magnífica emisión y un tono absolutamente encantador que fue constante desde la primera gran aria hasta los tremendos momentos donde se avecina la tragedia. Su Romeo, Santiago Ballerini también realizó un trabajo impecable y con gran histrionismo, entonando convencido su amor y su valentía.
El elenco todo fue muy parejo y el trabajo realizado fue notable. Fray Lorenzo tuvo una interpretación excelente a cargo de Walter Schwarz, así como Sebastián Angulegui en el papel de Mercucio. También se destacaron Christian Peregrino, Iván Maier y Laura Polverini con muy buen lucimiento. El director Javier Logioia Orbe imprimió el clima de emotivos matices creado por Gounod, generando un muy atractivo y deleitable sonido, particularmente en las cuerdas.
Fue muy bien creado el marco acorde, con preciosos momentos coreográficos de danzas de salón, apoyadas por el numeroso Coro de Buenos Aires Lírica en escena, junto a la llamativa escenografía y el impactante vestuario cortesano, delineado por una iluminación variable de acuerdo al momento dramático. Martin Wullich
Fue el 24 de octubre de 2014
Teatro Avenida
Av. de Mayo 1221 – Cap.