RESURRECCIÓN, totalmente innecesaria

La temporada del Teatro Colón abrió en la Rural con una polémica propuesta escénica

Resurrección, espectáculo escénico sobre la Sinfonía Nº2 de Gustav Mahler –  Solistas: Jaquelina Livieri (soprano), Guadalupe Barrientos (mezzosoprano) – Coro: Grupo Vocal de Difusión (Dir.: Mariano Moruja) – Actores: Danae Cisneros, Enzo Luciano, Soledad García, Wenceslao Tejerina – Caballo: Tartufo – Orquesta: Filarmónica de Buenos Aires – Director musical invitado: Charles Dutoit – Dirección, Escenografía, Vestuario e Iluminación: Romeo Castellucci

Hablar de Resurrección, el espectáculo que abrió la temporada 2023 del Teatro Colón de Buenos Aires, impone un par de preguntas. La primera es de qué hablamos cuando nos referimos al Teatro Colón. ¿Se trata del edificio centenario, inaugurado el 25 de mayo de 1908, reconocido en todo el mundo por su inigualable acústica? ¿O lo relevante son sus equipos de producción y sus elencos estables? ¿O se trata, por el contrario, apenas de una marca institucional, similar en este sentido al Rally París-Dakar, que se terminó corriendo en Sudamérica, o el festival Rock in Río, realizado en ciudades tan alejadas del original carioca como Lisboa, Las Vegas o Madrid?

Evidentemente algo de esto último hay. Por lo pronto, el público que asista a las funciones de Resurrección no tendrá ocasión de apreciar las bondades del diseño arquitectónico de la sala debida a Francesco Tamburini, Vittorio Meano y Julio Dormal. Deberá conformarse, en cambio, con las dudosas condiciones acústicas de uno de los pabellones de la Sociedad Rural Argentina, con sillas incómodas, montadas sobre un tosco entablonado que cruje al menor movimiento, y un aire acondicionado que probablemente haga ruido durante toda la función. Tampoco es el Coro Estable del Teatro el que participa, sino una formación ad-hoc, lo cual generó un justificado malestar entre los integrantes del elenco estable. Y es la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires la que se luce bajo la conducción impecable de un Charles Dutoit, que permanecerá invisible a los ojos del público hasta el saludo final, al igual que las solistas Jaquelina Livieri y Guadalupe Barrientos. Todos harán lo posible por sacar lo mejor de una obra musical maravillosa en un ámbito acústico básicamente hostil, al cual la amplificación no contribuye en absoluto.

Pero hay otra pregunta, también inquietante. ¿Hasta qué punto se puede decir que se trata de la Sinfonía Nº 2 en Do menor Resurrección, de Gustav Mahler, lo que se ofrece en este predio ferial? Compuesta en dos etapas, entre 1888 y 1894, cuando Mahler comenzaba a tener prestigio como director de orquesta, esta obra fue inicialmente un poema sinfónico en un movimiento, basado en un drama del poeta polaco Adam Mickiewicz. Durante un tiempo la obra quedó inconclusa, hasta que finalmente el compositor decidió completarla a partir de la oda Resurrección del poeta alemán Friedrich Gottlieb Klopstock. El trabajo tuvo presuntamente un programa narrativo que nunca fue oficializado por Mahler, aunque los programas de concierto insistan en mencionarlo. Así, el primer movimiento representaría un funeral y cuestionaría si hay vida luego de la muerte; el segundo serían los recuerdos felices de esa vida terminada; el tercer movimiento representaría la pérdida de la fe; el cuarto su renacimiento (de la fe, no de la carne); y el movimiento final marcaría una reconciliación con las ideas de Dios y de una vida posterior al último aliento. Nada de esto se ve reflejado en la puesta en escena ideada por el atrevido Romeo Castellucci.

Además de la confluencia de la música orquestal con el canto, que retoma y lleva a otro nivel la propuesta que Beethoven había planteado con su Sinfonía Coral, esta obra de Gustav Mahler se caracteriza por sus dimensiones, que suelen definirse como colosales. Sin embargo, esta grandilocuencia magnífica fue concebida para desarrollarse a partir del sonido natural de la orquesta y el coro en un ámbito acústico apropiado. Que es lo contrario a lo que se da en este caso, donde el contexto marca prácticamente la antítesis de la tan elogiada acústica del Teatro Colón. Del mismo modo, Gustav Mahler nunca concibió la posibilidad de realizar una escenificación que acompañara su música. En ese sentido, el trabajo que se presenta en la Rural no es legítimamente Mahler, sino un pastiche de cuestionable valor.

¿Estaría de acuerdo el compositor con esta escenificación ideada por Romeo Castellucci de su sinfonía? ¿O acaso opinaría, como nosotros, que el único efecto real de estas acciones escénicas es distraer imperdonablemente la atención del foco musical? ¿Vería con buenos ojos una producción que busca priorizar un espectáculo visual desvinculado de su obra? Es imposible saberlo, por supuesto. Pero es importante comprender que, del mismo modo que el público asiste a la apertura de la temporada del Teatro Colón sin pisar el Teatro Colón, tampoco se encuentra realmente con una obra de Gustav Mahler, sino con una performance escénica de Castellucci musicalizada con una sinfonía de Mahler. 

Una puesta que, por lo demás, nos ha parecido básica, de dudoso gusto y mínima efectividad. Un caballo ingresa a un predio, seguido por su cuidadora, quien se percata de que allí, entre la tierra, asoman los restos de un cadáver. Enseguida, respondiendo a su alerta, llega una cuadrilla de especialistas que se encarga de desenterrar una enorme cantidad de cuerpos, que son colocados en bolsas mortuorias, para luego ser trasladados en un par de camionetas cubiertas. Más que Resurrección, este espectáculo debería haber llevado el título de Exhumación, ya que de eso se trata. Y no hay mucho más. Hacia el final, una trabajadora insiste en intentar encontrar algo más entre la tierra revuelta, cavando con sus manos, cuando todo el resto del equipo ya se ha retirado, y finalmente vuelve a quedar nada más el espacio baldío. Nada que no hubiese podido ser filmado y proyectado en una pantalla en la sala del Teatro Colón, llegado el caso. Hubiese sido más efectivo e interesante, con las condiciones acústicas del Colón y la posibilidad de un desarrollo visual que superara lo anodino.

Se ha dicho que las seis funciones programadas de Resurrección son el homenaje del Teatro Colón a los 40 años de la recuperación de la democracia en la Argentina. Quedan, sin embargo, demasiadas dudas sobre la puesta, e incluso sobre la pertinencia del escenario escogido, no exento de una polémica significación tanto histórica como política. En resumen, Romeo Castellucci monta un espectáculo que requiere de un escenario enorme, mucho más amplio que un teatro, cuando podría haber resuelto el asunto con una filmación. Lo hace sin demasiado criterio, pertinencia ni talento, y sin el sustento de una obra propia, sino apropiándose de una sinfonía de Gustav Mahler. Una sinfonía ideada para otro marco, sin montaje escénico ninguno y para ser escuchada con la acústica natural de un teatro o auditorio. Germán A. Serain

Resurrecciu00f3n (Gustav Mahler) - Romeo Castellucci - La Rural - martinwullich.com

Fue el 8 de marzo 2023
La Rural Predio Ferial
Av. Santa Fe 4201 – Cap.
Sitio Web Teatro Colón
Romeo Castellucci en Wikipedia

Puesta completa de Resurrección (estreno en Aix-en-Provence)

Figurantes: Isaac Eisen, Diego Cáceres, Francisco Sendra, Omar Possemato, Mariano Speratti, Franco Acevedo, Juan Pablo Sierra, Eva Palottini, Florencia Sánchez Elía, Silvia Estrin, Adriana Pegueroles, Rocío Russo Morantes, Catalina Fusari, Valeria Rey, Valeria Piscicelli, Renata Moreno, Federico Gelber, Lionel Arostegui, Gonzalo Bourren, Martín Llanos, Antonio Butiler, German Casas

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