La «furtiva lágrima» con la que comienza el recital es conmovedora. Quizá sea la que se nos escapa al emocionarnos con el presencial Reencuentro que nos proponen el tenor Duilio Smiriglia y el pianista Matías Chapiro. En la terraza del Teatro Border se ha improvisado un café concert con sus clásicas mesitas, a cielo abierto, claro. Y mientras tomamos un copetín o degustamos una picada, disfrutamos del ecléctico repertorio preparado por los protagonistas. Corre una agradable brisa, pasa eventualmente un tren, vuela raudo un helicóptero, se oye algún lejano escape impertinente, sonidos e imágenes de una ciudad que también tiene su música.
En la templada voz de Smiriglia se aprecia un notable equilibrio sonoro que fluye con energía y es muy deleitable en los pianissimi. Matías Chapiro acompaña con precisión y delicadeza en los arreglos. Después de una encantadora versión de Amapola, comienzan los curiosos y graciosos relatos de sus vidas y trayectorias. En ellos aparecen Nico Romero, Elena Roger, Monseñor Karcher, Pato de Rapport, las correrías de Matías en el Templo Libertad, la ida al Vaticano y el Papa Francisco, Duilio y la cocina.
Y como si fuera una reunión de amigos, también surgen naturalmente los temas melódicos, el folclore y el tango. El «tenor solidario», como se lo ha llamado a Duilio por su incesante labor en favor de los más necesitados, entona Siempre estarás en mí, Te vi, El día que me quieras y, por supuesto, Nessun dorma, haciendo gala de su potencia vocal que le permite cantar al aire libre sin micrófono y expresarse desde el alma.
Después del cálido Reencuentro nos queda claro el sueño y la decisión que tuvo Duilio Smiriglia cuando escuchó al gran Luciano Pavarotti. Y, claramente, la luz que supo ver su admirado Leonard Cohen a través de una hendija, para inspirarlo en muchos momentos de su vida. Martin Wullich
Jueves a las 20
Teatro Border
Godoy Cruz 1838 – Cap.
(011) 5236-6183
border.com.ar
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