Compositor y pianista argentino, egresado del Conservatorio Alberto Ginastera de Morón, Alejandro Cattaneo es un músico prolífico y talentoso que, sin embargo, eligió durante mucho tiempo mantener un perfil bajo. Fundó la primera orquesta sinfónica de La Matanza y la compañía Liricuentos, orientada a montar espectáculos de ópera para niños. Fue maestro preparador en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y arreglador para la orquesta de cámara de Morón. Su primer álbum de estudio, titulado Mar, ampliado mediante un EP que lleva el nombre de su hijo Fausto, refleja la perspectiva audiovisual que ha transformado su música, y apunta sobre todo a impactar en los sentimientos de quien lo escucha.
Su catálogo, con más de 18o composiciones, incluye músicas para piano solo, obras de cámara, conciertos, dos óperas para niños, sinfonías, una misa para solistas, coro y orquesta, así como música para cortometrajes. Actualmente está trabajando en la banda de sonido para una nueva película nacional, además de continuar con su labor docente. Conversamos con el compositor acerca de este lanzamiento y de sus próximos proyectos.
Alejandro Cattaneo, tenés compuestas sinfonías, conciertos, una misa, dos óperas para chicos, música para cine, pero recién te decidiste a editar tu primer disco…
Sí, tengo compuesto algo así como 188 opus, lo cual no significa que todas sean como para mostrar en público. En cuanto a por qué me decidí a editar mi primer disco recién ahora, probablemente haya sido porque necesitaba decir cosas y que esas cosas fuesen escuchadas, que llegaran de otra manera al oído de quien quisiera o gustara escuchar lo que compuse. Sentí esa profunda necesidad, que emerge de cierto caos, de lo desconocido, de una proliferación de sentimientos o sensaciones criadas durante la pandemia. Pero estas músicas sólo hablan de amor, de soledad, de olvidos, de reencuentros y de perdón. Todo eso reunido en nueve números. El disco se llama Mar porque dejé que esas sensaciones fuesen como olas, que me empujaran hacia todo eso. Como quien naufraga, y en un punto debe entregarse a la fuerza de las corrientes. Todo esto fue tan fuerte para mí, que decidí editar este disco, que se complementa con el EP Fausto, que incluye las versiones en piano solo de aquellas piezas que en Mar decidí que aparecieran orquestadas.
Mar iba a estar postulado en los Premios Gardel como álbum de música clásica, pero terminó catalogado como música instrumental. ¿Adónde intuís que debería colocarse el límite entre lo popular y lo académico en la música?
Yo no encuentro límites en absoluto. Esas cuestiones las decide alguien de manera arbitraria. Y ahí están, sentenciando al infinito. Para mí no hay nada más académico que la música popular, porque debe estudiarse muy profundamente, debe dominarse un estilo y también la técnica, sin duda alguna. Ahora, en lo que se refiere a la música que escribo, en realidad es una mezcla, una mixtura de varios lenguajes y conceptos manejados en pos de la expresión, sin importar el mapa en el que alguien lo ubique. Comprendo que para el caso de estas nominaciones es necesario darle un marco, una rúbrica. Pero ya no es mi tema. Repito: para mí no existen esos límites.
¿Tu música es siempre melódica o en este disco pusiste el acento en este elemento?
Soy un melodista nato. No concibo otra manera de escribir músicas; es mi forma de sentir y de expresarme. Artísticamente, me siento muy identificado con la emocionalidad, y en mi caso eso tiene que ver con un discurso que se expresa a través de lo melódico. Para mí las melodías deben emocionar, más allá de que cada persona pueda emocionarse de diferentes maneras ante distintas cosas. Yo me siento muy identificado con la música romántica, con las músicas capaces de transmitir un contenido dramático, o melancólico. Y esas músicas están siempre rodeadas de un halo melódico fundamental.
La Camerata Cattaruzzi estrenó hace poco un movimiento de tu Concierto para violín. También terminaste una nueva banda sonora… ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Así es, la Camerata Cattaruzzi estrenó el Adagio del que por ahora es mi único concierto para violín y orquesta de cuerdas, que se titula Akutma. Además, estoy finalizando la banda sonora para una película, pero en estos últimos tiempos he compuesto también varias músicas para cortometrajes. Es un rubro musical que me fascina. Proyectos tengo muchos. Entre ellos terminar un nuevo disco, grabar una suite para piano y orquesta, y tocar lo más que se pueda. De hecho, el sábado 4 de junio voy a estar presentando los temas de Mar en Pista Urbana, con dos queridos amigos como músicos invitados: Javier Gelatti en flauta travesera y Diego Rolón en contrabajo. Como siempre insisto: si hay algo importante para decir, es mejor no callarlo. Porque, como a las palabras, a la música se la lleva el viento… Y vaya uno a saber hasta dónde es capaz de llegar.
Presentación en vivo del álbum Mar
Fue el 4 de junio de 2022
Pista Urbana
Chacabuco 874 – Cap.
(011) 4361-3015
Alejandro Cattaneo en Bandcamp
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