LANG LANG, merecida ovación

El carismático pianista chino volvió a brillar en el Teatro Colón

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CONCIERTO ITALIANO (Presto) - Lang Lang - www.martinwullich.com


Tchaikovski, Bach y Chopin. Y Lang Lang. Tres bellísimas piezas para las manos privilegiadas de este chino nacido en 1982 y que regresó a Buenos Aires después de dos años. La espera valió la pena. Un Colón colmado saludó el ingreso del pianista con esa calidez que caracteriza al público argentino, calidez que Lang Lang agradeció saludando con la mano a cada sector del teatro.

Las estaciones Op. 37 bis fue la obra elegida para abrir el concierto: doce piezas, cada una en relación con cada mes del año en el hemisferio norte. Pese a que, según se cuenta, Tchaikovski no tuvo demasiado interés en componer esta obra —fue en realidad un encargo para acompañar una revista musical— no por ello su poco entusiasmo fue en desmedro de la exquisitez que se puede escuchar en cada movimiento, al punto tal que Troika (Noviembre) solía ser parte de los encores de Rachmaninov.

El Concierto italiano BWV 971 fue originalmente pensado por Bach para clave, aunque también se ha popularizado en piano. Publicado en 1735 como parte del Clavier-Übung (Ejercicios para teclado), el Concerto nach italienischem Gusto (tal su título original) consta de un primer movimiento sin indicación de tempo y un tercer movimiento (presto), ambos vigorosos y enérgicos, que sirven de marco a un andante pletórico de expresividad. Cerraron el programa Fréderic Chopin y sus magníficos Scherzos (No. 1 en si menor Op 20, No. 2 en si bemol menor Op. 31, No. 3 en do sostenido menor Op. 39 y No. 4 en mi mayor Op. 54), obra a la que el genial polaco se abocó durante algo más de una década.

Los efusivos aplausos siguieron a cada una de las obras que Lang Lang interpretó a la perfección y sin quitarle expresividad, un atributo que hizo notar no sólo en la ejecución sino en lo gestual. Es un pianista que se sale de los marcos de la rigidez habitual en los concertistas convencionales y que no obstante abunda en virtuosismo, sin dejar de lado esa comunión tan especial con un público que, a miles de kilómetros de su China natal, lo ovacionó hasta hacerlo volver varias veces al escenario y dar tres bises, en los que siguió brillando: Danza del fuego, de Manuel de Falla; después una agradable versión de una canción china, y en el final la alegre ¡Y la negra bailaba!, de Ernesto Lecuona.

Lang Lang terminó obsequiando no sólo las flores recibidas, sino hasta el pañuelo con que secó su frente. Fue, indudablemente, una noche única, un lujo para nuestro primer coliseo. Viviana Aubele

Fue el 13 de agosto de 2016
Teatro Colón
Cerrito 628 – Cap.
(011) 4378-7100
teatrocolon.org.ar

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