La bella durmiente en el bosque – Intérpretes: Víctor Acevedo, Victoria Aldasoro, Leticia Bystrowicz, Fernanda Carrera, Rocío Cereseda, Eduardo Chillari, Lucas Córdoba, Sol Crespo, Alfredo González Reig, Trinidad Goyeneche, Cecilia Layseca, Eduardo Maradei, Leonardo Menna, Denise Pertusi, Laura Rivadeneira, Carlos Romero, Milagros Seijó, Chela Solá, Cristian Taleb, Gisele Torres – Pianista: Jorge Barilari / Damián Roger – Coordinación escénica: Cecilia Layseca: – Autor: Ottorino Respighi – Dirección: Gustavo Codina
De todos los públicos posibles, quizás el más complejo sea el infantil. Por varias razones. No es un público fácil de complacer, pese a su natural ingenuidad son mucho más sagaces y ácidos que cualquier adulto… y mucho más inquietos. Sobre todo los más pequeñitos. Entonces es lógico que la duración de las obras teatrales no sea la misma que aquella pensada para los grandes; y hasta no es mala idea darles la merienda para que, “panza llena, corazón contento”, disfruten del espectáculo.
Esa parece ser la propuesta del Ensamble Lírico Orquestal, cuyas producciones suelen ser muy buenas. Pero, como se dijo más arriba, el público infantil es cosa seria, y parece que hay que ser doblemente cuidadosos a la hora de elegir qué ofrecer y cómo llevarlo a cabo. La Bella Durmiente es un título harto conocido, con muchas adaptaciones. Tanto que Ottorino Respighi decidió hacer su aporte con La bella durmiente en el bosque, y en abril de 1922 se estrenó una primera versión para marionetas (meses después se estrenó en nuestro Teatro Cervantes). Doce años más tarde se estrenó una segunda versión, ya para ópera, en tres actos.
Como se dijo más arriba, es buena idea ofrecer una merienda para los chicos en el frío de las vacaciones de invierno; también, claro está, que lo que se cante esté traducido al castellano. También es bueno traer a las tablas una versión operística de un cuento de hadas. Pero el problema es que la parte de la merienda se hizo demasiado larga y con cierta desorganización, lo que se cantó no pudo entenderse por más que estuviera bien traducido a nuestro idioma, y las actuaciones no estuvieron a la altura de un ensamble que, insistimos, suele ofrecer muy buenas producciones. Salvo los personajes del rey, la reina y la princesa, que vocalmente se lucieron, fue muy difícil apreciar o evaluar la performance del resto de los personajes en lo vocal: quizá la mala acústica impidió entender y opacó al piano, único instrumento utilizado para esta puesta en escena.
Por otra parte, el haber hecho muy larga la parte preliminar incidió en el rango de atención de los más pequeños especialmente, ya que más de media hora antes de que finalizara la obra (que duró aproximadamente una hora y cuarto) se los veía corretear por el pasillo, que debía estar libre para dar paso a la entrada de los personajes, y no dudaron en arremolinarse en torno al personaje del caballo del príncipe, el cual tardó un poco más de lo previsto en llegar al escenario. Suponemos que hubiera sido más ordenado el servir la merienda una vez finalizada la obra, a modo de cierre y despedida, o pensarlo para que no demande tanto tiempo. Para salvar la velada, los personajes firmaron autógrafos al finalizar la obra. Viviana Aubele
Se dio hasta el 21 de agosto 2016
Palacio La Argentina
Rodríguez Peña 361
(011)4304-8834
ensamblelirico.com.ar
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