JOYCE DIDONATO, lirismo embriagador

Cautivadora y admirable, la mezzosoprano se lució en el Ciclo del Mozarteum, y hasta se rio de una falsa alarma

Si bien el concierto se inició con las poco frecuentadas canciones españolas de Fernando Obradors, que tuvieron largos silencios previos al aplauso debido al desconocimiento general de las piezas, la mezzosoprano norteamericana Joyce DiDonato cantó y encantó en todo momento, acompañada en el piano por David Zobel.

Las arias de las óperas Semele y Ariodante, de Georg F. Händel, fueron templando cada vez más su portentosa garganta -y el ánimo del público-, que brilló con la llamada Trilogía Beaumarchais, compuesta por Voi che sapete y Deh, vieni, non tardar –ambas de Las Bodas de Figaro, de Mozart-, y Una voce poco fa de El Barbero de Sevilla, de Rossini. En esta última, la versión ofrecida fue personalísima, con acentos, tonos y pausas renovados, otorgando un incomparable sello que marca su estilo original e histriónico vivamente expresado. Justo en el momento previo a cantarla, cuando ya sonaban las primeras notas, una alarma de altísimo volumen –por suerte falsa- paralizó a todos, menos a ella, quien supo sacar provecho de la situación y con humor relacionó la voz del aria con el sonido.

Después del entreacto –con otro preludio de alarma-, Joyce Didonato ya estaba en condiciones de aseverar que era una falla técnica del sistema y no una emergencia. Su simpatía fue creciente, hablando italiano con toda naturalidad y mechando alguna palabra en español, antes de cantar como Desdémona en un aria de Otelo de Verdi. Luego habló tiernamente de Roberto, un amigo argentino que la contuvo cuando cantó en La Scala por vez primera y estaba muy nerviosa; en su honor dedicó a todos El árbol del olvido, de Ginastera.

contó el origen de las canciones en dialecto veneciano escritas por Reynaldo Hahn -que interpretó con dulzura sin par-, y expresó su enorme felicidad de pisar el escenario del Colón, considerando los grandísimos artistas que han pasado por él. El programa finalizaba con O del mio amato ben, de Stefano Donaudy, y La Spagnola, de Vincenzo Di Chiara, pero ella regaló tres bises notables, culminando con una impactante versión de Tanti affetti, de La donna del lago, de Rossini.

El acompañamiento sutil y preciso del pianisa francés David Zobel fue impecable, como un astro que brilla por reflejo de esa voz subyugante, también como el hombre que sabe  llevarla a buen puerto para que Joyce deje su vida en los personajes que interpreta, haciendo gala de su coloratura y hasta marcando con el pie algún compás, rebosando gracia y seducción por doquier. Martin Wullich

Fue el 27 de agosto de 2012
Teatro Colón
Libertad 651 – Cap.
(011) 4371-0111
mozarteumargentino.org
Sitio Web Joyce DiDonato

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