Intervenciones 2015 de danza contemporánea – Curaduría: Diana Theocharidis –
*Antena – Intérprete: Samanta Leder – Theremin: Manuel Schaller – Dirección: Leticia Mazur – *En la casa de Victoria Ocampo hay un muchacho leyendo – Intérpretes: Eddy García y dos niños – Dirección: Diana Szeinblum – *Iluminaciones – Intérpretes: Guido Bonacossa, Diego Gómez, Stella Maris Isoldi, Mariano Pattin, Candela Rodríguez – Dirección: Mariano Pattin
Una vez más la casa que habitó Victoria Ocampo, con la curaduría de Diana Theocharidis, se convierte en escenario natural de las tres Intervenciones 2015 de Danza Contemporánea, aunque es discutible cuánto hay de danza este año. O a qué le llamamos danza.
En Antena, de Leticia Mazur, la intérprete Samanta Leder, oculta bajo su cabellera, mueve sus brazos, camina y se sacude como si estuviera poseída por las ondas electromagnéticas emitidas desde un theremín. Los sonidos del instrumento electrónico que hábilmente maneja Manuel Schaller parecerían obedecer, a su vez, a las convulsiones de la intérprete que revolea un micrófono para terminar yacente sobre las piedras del jardín, al lado de una canilla que dejó escapar algo de agua. La experiencia es llamativa y tiene cierta estética.
En otro recodo del jardín aparece Eddy García –hábil bailarín que no bailará- junto a dos niños cuyos nombres no aparecen en el programa de mano y merecen una mención por su compenetración actoral. Describen cosas que les pasan. Él lo hace con tiza sobre el piso, ellos sobre las paredes. Paternal, los invita a leer juntos en el interior. La imagen es de otrora. Sones de un piano se cuelan sutilmente. En la biblioteca, hasta el perro que observa desde un viejo televisor parece ensimismado en la lectura. En la casa de Victoria Ocampo hay un muchacho leyendo, de Diana Szeinblum, es teatralidad pura en las miradas y gozosa estética en los libros antiguos y otros elementos.
El final es desnudo, literalmente. Y finalmente hay danza. Además de esfuerzo, concentración y pasión de parte de los intérpretes. Stella Maris Isoldi muestra sin ambages la belleza de su celeste mirada, su pelo blanco y sus pliegues con historia. Candela Rodríguez expresa con su cuerpo y su voz enérgica, mencionando una caja de zapatos, quizá los que dejó Stella. Diego Gómez impacta con sus posiciones trepándose a las paredes. Guido Bonacossa baila como nadie, entregado en cuerpo y alma. El cuarteto obedece las órdenes de Mariano Pattin, como si de un ensayo se tratara, formando vivas esculturas que él ilumina a su arbitrio. Son las Iluminaciones del título. Es que la luz de la tarde de noviembre entra en algún momento por las ventanas, y también crea. Al salir, no será la misma. Martin Wullich
Se dio hasta diciembre 2015
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