HASTA QUE ME LLAMES, el placer de la narración

El rescate de la palabra en una interesante propuesta

Hasta que me llames – Actúan:Edgardo Dib, Araceli Haberland – Dramaturgia: Stella Brandolín, Edgardo Dib, Araceli Haberland – Iluminación: Leandra Rodríguez – Vestuario: Jorge Maselli – Sonido: Martin Lavini – Arreglos musicales: Gaby Goldman – Autoría: Ana María Bovo – Dirección: Edgardo Dib

Más que un espectáculo es una reunión, en donde también el espectador tiene su papel. Prueba de ello es que, debajo de cada silla, se encuentra un libreto. Es un símbolo, dado que nunca será utilizado, pero formaremos parte de un encuentro en donde un hombre y una mujer hablarán de Ulises, Penélope y la tragedia griega. Aparecerá la almodovariana Leocadia, y no estará ausente Ana, mientras se espera un llamado telefónico que dará por tierra con la magia recreada hasta entonces. No habrá desesperación, como en La voz humana, de Jean Cocteau, sino esperanza.

En la lograda puesta en escena, las sillas estarán desperdigadas por el espacio escénico y alejadas unas de otras, de modo que ni siquiera podamos deslizar un comentario por lo bajo con quien esa noche nos acompañe. Solo quedarán dos de ellas libres, para ser utilizadas por quienes contarán y -por momentos- actuarán la historia, paseándose entre nosotros, pero dándonos la libertad de darnos vuelta para observarlos, o girar a derecha e izquierda como en un partido de tenis, o simplemente escucharlos sin mirar.

Dado que el texto es de una gran narradora –Ana María Bovo-, el mismo ha sido concebido para ser contado. Dado que en este caso quienes relatan son actores, ese texto -pleno de imágenes que azuzan la imaginación- se complementa con la presencia histriónica que agrega valor a la dicción y expresión natural de interesantes vidas entretejidas en el misterio de un mundo.

Araceli Haberland y Edgardo Dib son los responsables de sumergirnos en la historia. Ambos logran con creces la atención y el suspenso necesarios para que nuestro interés esté centrado en el relato que cuenta encuentros y desencuentros, esperas, ansiedades e ilusiones. Dib sorprende sobre todo en la rápida composición de algunos personajes femeninos, con la actitud corporal y la voz puestas certeramente a su servicio, para volver al papel de narrador sin solución de continuidad.

Con una duración algo extensa para una narración actuada, Hasta que me llames no deja de ser una propuesta atractiva y una cabal demostración del valor de la palabra. Martin Wullich

Se dio hasta fin 2008
La Manufactura Papelera
Bolívar 1582 – Capital
www.edgardodib.blogspot.com

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