Gianni Schicchi – Música: Giacomo Puccini – Libreto:Giovacchino Forzano – Intérpretes: Gustavo Gibert, María Virginia Savastano, Santiago Martínez, Mairín Rodríguez, Pablo Urban, Marina Silva, Adam Francis D’Onofrio, Hernán Iturralde, Alejo Álvarez Castillo, Estefanía Cap, Víctor Castells, Iván García, Guillermo Saidón, Julián Molinero, Juan Pablo Labourdette – Orquesta: Elías Gurevich, Alberto Herrera, Luis Bohorquez, Clément Silly, Matías Cadoni, Martín Auza, Raquel Dottori, Uriel Kaufman, Abner Da Silva Pinto, Reinaldo Albornoz, Carlos Ovejero, Pablo Amaya, Cristian Ibáñez, Melissa Kenny – Escenografía: Oscar Vázquez – Vestuario: Jorge López – Iluminación: Daniela García Dorato – Director musical: Carlos Calleja – Director de Escena: Carlos Trunsky
Cada familia es un mundo, y la familia del infortunado Buoso Donati, también. El lamentable deceso del ricachón del pueblo iba a derivar en la desesperación de los “atribulados” parientes… por la jugosa herencia. El libretista Giovacchino Forzano (1884-1970) le presentó al célebre Giacomo Puccini (1858-1924) dos libretos; entre estos, el de Gianni Schicchi, una suerte de sainete o grotesco con música que desnuda, en clave de humor, las miserias morales de los deudos del finado Buoso, burladores burlados por el astuto Schicchi. Basada en uno de los episodios de La Divina Comedia, esta ópera en un acto es la última pergeñada por el genio de Lucca.
Gustavo Gibert se puso al hombro al pícaro Schicchi, con una enorme actuación e igualmente enorme desempeño vocal. Su convincente personificación produjo momentos de hilaridad en sus interacciones con los bribonzuelos parientes de Buoso, a la vez que ternura en la famosa y dulce O mio babbino caro en la voz de Lauretta (María Virginia Savastano). Además de la tierna súplica de Lauretta a su padre, los dúos entre la joven y Rinuccio (Santiago Martínez) generaron el entusiasmo del público, traducidos en merecidos aplausos.
Magnífica labor de la orquesta que contó con la guía del maestro Carlos Calleja y que acompañó muy bien a los cantantes. Sobre estos últimos, todos demostraron un gran trabajo en equipo tanto en el canto como en sus actuaciones. Aunque las dimensiones del escenario del Centro Cultural 25 de Mayo son menores, la pericia escenográfica de Oscar Vázquez logró resumir con pocos elementos el lugar donde ocurría la acción: nada menos que la inmortal Florencia. Por otra parte, la dirección escénica de Carlos Trunsky logró sortear inteligentemente el problema del espacio haciendo desplazar a Schicchi y los deudos hipócritas por pasillos y palcos. El resultado: casi una hora de buena música, excelentes interpretaciones y mejor humor. Viviana Aubele
Fue el 19 de diciembre de 2022
Centro Cultural 25 de Mayo
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Mi pequeño Adam, alguna vez “el pequeño artista de Papá”, cómo te amo!!!