Septiembre es el mes de la danza en Buenos Aires. Aprovechando las vacaciones del hemisferio norte, se reúnen en nuestra ciudad primeras figuras de las más importantes compañías del mundo. Esta saludable costumbre desde hace algunos años se había reeditado en el Teatro Colón, pero la confluencia de bailarines y coreógrafos de la Gala Mundial 2016 es la mejor lograda en mucho tiempo.
Tener en una misma noche a estrellas del American Ballet Theatre (ABT) de Nueva York, Royal Ballet de Londres, Ballet de Hamburgo, Ballet de Stuttgart, Opera de Paris, junto al Ballet Estable del Teatro Colón, bailando obras de Marius Petipa, John Cranko, Frederic Ashton, George Balanchine, Rudolf Nureyev, John Neumeier, Nacho Duato y Angeline Preljocaj, debe ser un privilegio que pocos teatros pueden ofrecer.
Fue una velada memorable, comenzando por la rentrée de la estrella italiana Alessandra Ferri, favorita del público local, junto al argentino Herman Cornejo, primer bailarín del American Ballet Theatre. Con 53 años a cuestas, Ferri conserva los rasgos que la hicieron célebre e inolvidable: belleza de línea, rostro sugestivo, empeines irreales, fuerte presencia escénica. Bien elegidos, el dúo de Rhapsody de Ashton y la contemporánea Le parc de Preljocaj sirvieron para subrayar que la bailarina aún puede dar mucho en escena. Cornejo, excelente partenaire, tuvo su espacio de lucimiento técnico en el prólogo del primer dúo y lució expresivo en el segundo.
Ovacionada en cada entrada, Marianela Nuñez (Royal Ballet de Londres) reeditó el pas de deux blanco de El lago de los cisnes junto a Alejandro Parente, y ofreció una antológica versión del Tchaikovski pas de deux de Balanchine junto a Federico Bonelli, también del Royal. Marianela utilizó recursos y detalles que la convierten en número uno mundial, con pasmosos equilibrios y frescura expresiva.
Una joyita: el dúo de La cenicienta, extractado de la obra que el genial Rudolf Nureyev situó en los años dorados de Hollywood, bailado por Laura Hecquet y Mathieu Ganio, de la Opera de París. El bailarín hace recordar a su padre, Denis Ganio, otrora estrella del elenco francés, tanto por su parecido físico como por su noble porte. Hubo lugar para la comedia con La fierecilla domada de John Cranko, magistralmente interpretada por Elisa Badenes y Pablo von Sternenfels del Ballet de Stuttgart; y también para la romántica visión de John Neumeier en su Dama de las camelias -que el Colón conoció íntegramente en 1996 con el Ballet de Hamburgo-, por los impecables Anna Laudere y Edvin Revazov. Extractado de la obra integral, el dúo de Hamlet fue atrayente, pero desdibujado al faltarle el contexto total.
Nuestro Ballet Estable abrió brillantemente este desfile de lujo con Por vos muero, coreografía de Nacho Duato en la que el elenco encabezado por Macarena Giménez lució impecable. Fue una gran convocatoria de estrellas por parte del director de la compañía, Maximiliano Guerra, que así generó mayor expectativa para las funciones de Onieguin, que comienzan el próximo domingo. Patricia Casañas
Fue el 4 de septiembre de 2016
Teatro Colón
Libertad 651 – Cap.
(011) 4378-7100
teatrocolon.org.ar
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