A punto de presentar su espectáculo Íntima dehiscencia en Pista Urbana el viernes 26 de octubre, la cantante Florencia Dávalos nos enseña los secretos de su arte. Entrevista de Milly Vázquez
¿Qué lugar ocupa la poesía en tu vida?
La poesía estuvo siempre en mi vida, supongo que por tener un padre poeta. No soy una gran lectora de poesía. Leo por momentos y me engancho con determinados escritores, pero no soy ordenada en mi forma de leer. También escribo por períodos. La poesía no puede estar separada de la música. Las canciones tienen que ser poesía cantada. Un poema, además, tiene que transmitir sentimientos. Si a mí me hace vibrar, ya está.
¿Escribís canciones propias?
Digamos que escribo. A veces canciones, textos o poesías. Estoy incursionando tímidamente en la composición de la misma manera en que escribo.
¿Qué te provoca cantar algunas letras de tu padre, el reconocido músico y poeta Jaime Dávalos?
Esas letras son, precisamente, poesías hechas canción. Muchas han tenido la música que les correspondía. Por eso son tan poderosas. Resuenan en nosotros. Trascienden el tiempo. Trascienden al propio autor. En muchos casos no pienso en mi viejo como el hacedor de esas letras, me desprendo de eso y me dejo llevar por su lírica, que me conmueve, me emociona, y por eso elijo cantarlas. Otras tienen significados particulares en mi vida, como Río de tigres, que se la compuso a mi mamá. ¿Y cómo hacer para olvidarme de eso? Para mí cobra una fuerza extra, totalmente subjetiva, por supuesto.
¿Cuál es tu aporte personal a las canciones de música folclórica ya conocidas?
La música folclórica conforma un universo poético-musical que nos identifica como pueblo, ese es nuestro tesoro más valioso. Me interesa rescatar esa música. Ese fue el sentido de mi anterior trabajo, Memoria de la semilla. Cantar canciones conocidas, que han sido cantadas e interpretadas por otros es todo un desafío. Es encontrar en esa obra lo particular que resuena en mí. Y la voz o las voces que me habitan se expresan en función de ese sentir; sin posturas antinaturales o estereotipos, sino desde una organicidad y naturalidad. Los grandes desafíos son la búsqueda de una voz propia que esté al servicio de la obra, y no al revés. Cantar la misma canción como si fuese la primera vez.
¿Te sentís cómoda con el folclore? ¿En qué otros géneros incursionaste?
Me siento cómoda cantando lo que sea. Me gusta mucha música. Pero a la hora de elegir un repertorio siempre me convoca la música folclórica argentina y latinoamericana. Lo que no quiere decir que no comience a incursionar en otros géneros. Estoy en un momento de apertura y experimentación.
¿Qué tenés planeado para el show del 26 de octubre?
Un recorrido por canciones, poemas y textos que vengo cantando, leyendo y recitando, pero voy a incluir algunas cosillas nuevas. Voy a estrenar un par de canciones mías y algo de lo que estoy escribiendo.
¿Cómo se consolidó la actual formación de músicos que se presentarán con vos en esa fecha?
Junto a Pepe Luna – guitarrista con el que venimos trabajando hace largo tiempo en trío junto a Mario Gusso- hemos decidido hacer esta presentación en formato de dúo. Tendremos dos invitados de lujo: Hernán Crespo, acordeonista y compositor y Mariana Mariñelarena, percusionista.
¿Cuáles son los temas que más te mueven a la hora de cantar?
Las temáticas que más elijo a la hora de cantar tienen que ver con el amor y el trabajo. Voy eligiendo canciones.
¿Qué me podés decir de los talleres de canto folclórico que das?
Trabajo hace tiempo en talleres de canto grupal, siempre dentro de la música folclórica, incluyendo la percusión. A raíz de estas experiencias, junto a la percusionista Mariana Mariñelarena, comenzamos a realizar talleres de ensamble de canto y percusión folclórica. Los encuentros son una vez por mes y cada vez abordamos una especie musical diferente (zamba, chacarera, huayno, bailecito, vidala, cueca, etc.). Para facilitar la concurrencia y sobrellevar este año de profunda crisis elegimos trabajar a la gorra. Es curioso observar que la mayoría que asisten a nuestros talleres son mujeres. Fue a raíz de esta experiencia que armamos un ensamble femenino de canto y percusión folclórica con el cual estamos trabajando fuertemente para hacer una presentación a fines de diciembre. Estamos muy entusiasmadas con este proyecto conjunto y pensamos hacerlo crecer el año próximo con talleres mensuales.
¿Qué te dejó tu paso por Ellas en la voz, el ciclo dedicado al folclore en voces femeninas?
Ellas en la Voz fue un hermoso ciclo que me conectó con algo muy genuino e importante que es la búsqueda de la propia voz o de las múltiples voces que anidan en mí. Al mismo tiempo, me acercó a otras compañeras cantoras con las que pudimos compartir momentos hermosos de música. La presencia de la mujer en el escenario y detrás de escena (luces, prensa, producción) fue muy fuerte e interesante. Todas trabajando con compromiso y profesionalismo en un proyecto común. Fue un espacio que visibilizó a la mujer en diversas propuestas musicales dentro de la música folclórica argentina y latinoamericana.
¿Cuáles son tus proyectos futuros?
Mis proyectos tienen que ver con la escritura y la composición, con grabar un nuevo material. Y por supuesto, seguir adelante con la docencia, los talleres, y las clases de canto.
¿Pensaste el título Íntima dehiscencia como una metáfora del canto o de la mujer?
La dehiscencia es la abertura natural de frutos o flores para dar salida a la semilla o polen, así como se abre una cantante para dar salida a su voz o una mujer que da a luz. Esa Íntima dehiscencia es la metáfora de mi estado actual. El canto y la escritura, todo aquello que está latiendo por salir, en proceso de expansión. Es un momento de liberación.
¿Qué es lo que distingue este trabajo de otros anteriores?
La incorporación de canciones y poemas propios dialogando con otras obras. Y el formato de dúo.
Presentación Íntima dehiscencia
Viernes 26 de octubre
Pista Urbana
Chacabuco 874 – Cap.
(011) 4361-3015
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