Ensueño – Coreografía, dramaturgia y dirección: Marcelo Savignone – Música: Diego Frenkel – Iluminación: Ignacio Riveros – Vestuario: Mercedes Colombo – Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez * SapiensRabia – Coreografía y dirección: Lisi Estaras – Dramaturgia: Sara Vanderieck – Música: Gabriel Chwojnik – Iluminación: Ignacio Riveros – Vestuario: Analía Morales – Escenografía: Kirka Marull
Alguien del público comenta: “Lo que pasa es que esto no es propiamente danza”. Podríamos llegar a estar de acuerdo con esta idea. Los cuerpos bailan de a ratos, pero de a ratos tiemblan, se estremecen, caen, convulsionan, se detienen. Podríamos añadir, de nuestra parte, que no deja de ser razonable que la danza no sea propiamente tal, toda vez que el fondo sonoro de a ratos no es propiamente música.
Sin embargo, ¿qué es la música, sino una serie de sonidos ordenados de acuerdo a un cierto criterio, que no tiene por qué acomodarse a un modelo predeterminado? Hay sonido de grillos, hay sonido de viento, hay pulsos electrónicos, se mezclan por momentos melodías de antaño y ritmos populares contemporáneos. ¿Y qué cosa es la danza, más que una serie de movimientos del cuerpo que se acomodan a cierto contexto sonoro? Pero entonces, ¿quién puede decir cuáles son los límites de esa concordancia?
Así las cosas, viendo estas dos nuevas obras presentadas por el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, bajo la dirección de Andrea Chinetti, uno no puede dejar de pensar en el escándalo que supuso, allá en el París de 1913, el estreno de La consagración de la primavera. El público no comprendió ni la música de Stravinsky ni la coreografía de Nijinsky. ¿Qué reacción hubiese tenido ese público enfrentado a estas dos performances coreográficas? No ha pasado mucho más de un siglo desde entonces, pero por fortuna sí ha pasado mucha agua bajo los puentes desde entonces en el terreno de las artes. Y esto nos permite explorar hoy con muchísima más libertad las dimensiones artísticas en general, el arte sonoro y también el de los movimientos. Esto es lo que se ve reflejado en estas dos producciones.
Ensueño, de Marcelo Savignone, con música original de Diego Frenkel, y SapiensRabia, de Lisi Estaras, con música original de Gabriel Chwojnik, tienen bastante en común en cuanto a los lenguajes utilizados. La primera de estas obras pretende, desde su declaración de intenciones, ser “un museo de mitos latinoamericanos”. Aunque lo que uno ve a primera vista es un contexto de oficinas, con las personas que allí trabajan, y su inevitable cuota de alienación.
Luego hay una dimensión onírica, reconocible en un claro alejamiento de la realidad. Como en un sueño, los contenidos se fragmentan, a veces de manera inconexa. Pero en el conjunto hay un sentido fuerte, con potentes imágenes espaciales y cinéticas, que nos colocan más allá de la realidad cotidiana que parece imponer el mobiliario de oficina. Hay cuadros grupales realmente magníficos, con una coordinación admirable de los integrantes del cuerpo de ballet.
En SapiensRabia, por el contrario, el contexto parece llevarnos de regreso a lo más primitivo y salvaje del ser humano que, de manera individual y gregaria a un mismo tiempo, intenta descubrir -o crear- nuevas dimensiones, nuevas maneras de manejar ese cuerpo propio y también el cuerpo del otro, así como el cuerpo colectivo, comunitario. En esta exploración aparecen la sensualidad y la euforia, la empatía y la rabia, el puro instinto, lo más humano del sapiens que es la palabra, y también las simbologías. El conjunto de estas dos obras es potente, atractivo y ciertamente recomendable. Germán A. Serain
Jueves a las 14
Sábados y domingos a las 16
(hasta 9 de septiembre de 2018)
Teatro San Martín
Av. Corrientes 1530 – Cap.
0800-333-5254
complejoteatral.gob.ar
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