EL REÑIDERO, seducción de la venganza

La recreación de Alejandro Cervera marca un excelente comienzo para el Ballet del San Martín

El reñidero – Actúa: Dahyana Turkie – Bailarines: Constanza Agüero, Federico Amprino, Brenda Arana, Adriel Ballatore Crosa, Lucía Bargados, Melisa Buchelli, Leandro Bustos, Darío Calabi, Carolina Capriati, Matías de Cruz, Flavia Dilorenzo, Lautaro Dolz, Rodrigo Etelechea, Fiorella Federico, Paula Ferraris, Darcio Gonçalez, Matías Iaconianni, Daniela Lopez, Sofía Menteguiaga, David Millan, Alexis Mirenda, Benjamín Parada, Boris Pereyra, Silvina Pérez, Eliana Picallo, Andrea Pollini, María Eva Prediger, Michael Requena, Rubén Rodríguez, Sol Rourich, Damian Saban, Ivana Santaella, Agostina Scarafia – Músicos: Eliseo Tapia, Arauco Yepes – Vestuario: Julio Suárez – Escenografía: Alejandro Cervera, Laura Copertino – Iluminación: Matías Sendón – Música: Zypce – Sobre textos de: Sergio de Cecco – Selección musical, Coreografía y Dirección: Alejandro Cervera

Cual anfiteatro griego, la sala Casacuberta del Teatro San Martín es el espacio ideal para recrear la tragedia anticipada por Sófocles en su Electra, retomada por Sergio De Cecco en ese mismo escenario en 1964, y hoy traída magistralmente a la danza por Alejandro Cervera. Cuchilleros y gallos comentan coreográficamente la historia de la traición de Nélida sobre su marido Pancho con la complicidad de Soriano, amante de la mujer. La precisa síntesis inicial, repetida una y otra vez, deja en claro amores y odios, venganza, violencia y muerte: claves que perduran a través los dos mil quinientos años que nos separan de Sófocles.

Del Palermo de principios de siglo XX, la acción se traslada al conurbano actual. Por eso, el zapateo combinado con el sonido de los cuchillos y las armas como elemento de percusión convive con la cumbia, estilizada por Cervera, cuyo lenguaje coreográfico es sencillamente impactante. La teatralidad de la obra se ve reforzada por la mínima escenografía cuyos recursos son acertados, como la cama-ataúd donde velan a Morales y se definen momentos claves; y los paneles corredizos que esconden y develan ambientes. La inteligente iluminación de Matías Sendón demarca espacios con eficacia sobre el piso rojo sangre.

Entre tanto bombardeo de imágenes, la introducción de la palabra en la voz de la actriz Dahyana Turkie es pertinente para acercarnos la riqueza el texto de De Cecco. Las reflexiones del trapero sobre las “pilchas” de los muertos son una jugosa perla de filosofía popular. Hay escenas muy logradas, como la de Elena cebando a Orestes para vengar la muerte de su padre, rodeados ambos de cuchillos esparcidos por el piso; o el recuerdo de Morales iniciando forzadamente a su hijo en el uso de las armas.

Yendo a las actuaciones, destacamos la sensualidad de la monumental Carolina Capriati, y la solvencia escénica de Silvina Pérez, que debió reemplazarla por un accidente a poco de comenzada la función que comentamos. Como contrapartida, Lucía Bargados puso su diminuta figura y su potencia dramática al servicio del personaje de Elena, frágil y feroz a la vez en su búsqueda de venganza. Los tres personajes masculinos –Rubén Rodríguez como Pancho Morales; Rodrigo Etelechea como Orestes, y Boris Pereyra como Soriano- completaron el espléndido quinteto de intérpretes principales, acompañados por un “coro griego” de cuchilleros y marginales de gran nivel.

El aspecto musical incluyó tangos tradicionales, el intervenido Adagio del Trío Hob. 123 de Haydn para el final, y música original de Zypce interpretada en vivo por el bandoneonista Eliseo Tapia y el percusionista Arauco Yepes. Los múltiples recursos del bandoneón en las sabias manos de Tapia merecen párrafo aparte por el particular aporte en escenas claves de la obra.

No dudamos en afirmar que El reñidero, de Alejandro Cervera, marca un excelente comienzo de temporada para el Ballet del San Martín. Patricia Casañas

Se dio hasta agosto 2018
Teatro San Martín
Av. Corrientes 1530 – Cap.
0800-333-5254
complejoteatral.gob.ar

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