EL ENFERMO IMAGINARIO, sin remedio

Divertida e ingeniosa puesta en escena de la ópera cómica de Leonardo Vinci

El enfermo imaginario (L’ammalato immaginario, ossia Erighetta e Don Chilone)Compositor: Leonardo Vinci – Intérpretes: Sebastiano De Filippi, Marta Rossi, Adriano D’Alchimio – Cappella Strumentale Italiana: Eleonora Votti, Esteban Turco, Mercedes Sánchez, Giselle Mirabello, Giovanni Panella – Dirección musical: Giovanni Panella – Adaptación dramatúrgica y dirección escénica: Adriano D’Alchimio 

Joven, viuda, bella, pero… corta de efectivo. Algo debe hacer Erighetta (Marta Rossi) para no quedar en “pampa y la vía”. Y decide desplegar sus encantos, incluso los vocales, para asegurarse no solo el amor del hipocondríaco Don Chilone (Sebastiano De Filippi), sino también su billetera. Lesbino (Adriano D’Alchimio) llega a la vida del obsesivo-compulsivo dueño de casa en calidad de acompañante terapéutico, con tanto dominio de italiano como su nuevo patrón de las bondades y eficacia del sistema inmunológico.

En un pequeño cuarto abarrotado de cajas de remedios, frascos de píldoras y jarabes, blisters de analgésicos y hasta una reproducción de La joven de la perla de Jan Vermeer con tapabocas y todo, los artistas interpretan las tres partes de El enfermo imaginario (Erighetta e don Chilone), un intermezzo bufo pensado originalmente por Leonardo Vinci (1690-1730) para L’Ernelinda. Don Chilone se arrastra, quejumbroso, por el lugar, custodiado por el fiel Lesbino; Erighetta aparece y desaparece, desciende por las escaleras cual diva, y engaña al pobre Chilone enviándole a un supuesto médico que le recetará, como cura de sus males, el matrimonio con la bella viuda.

Referencias intermitentes al matrimonio (en la vida real) de Giovanni Panella -a cargo de la dirección- y Marta Rossi, anacronismos hilarantes, e impecable desempeño de la Capella Strumentale Italiana, son los ingredientes para que este trío cómico, que resuelve de manera óptima su desplazamiento en un espacio reducido, entretenga al público.

Excelente labor de Rossi y De Filippi tanto en las arias (Vedovella affilita e sola, Vo’ probar) como en los dúos (Chi desia di sanar l’ipocondria y el espectacular Voglio andar dove mi pare), matizados con las oportunas intervenciones cantadas de D’Alchimio; y tres joyas del barroco italiano que -como reza el programa de mano- merecen la atención que se le prodiga a La serva padrona, célebre intermezzo de Pergolesi. Viviana Aubele

EL ENFERMO IMAGINARIO, sin remedio

Fue el 2 de julio de 2022
Próxima función:
20 de agosto a las 21

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