DE ESPAÑA VENGO, festiva velada

Hispánica presentación de la Fundación Teatro Colón, con dos Rocíos y el festejo a una Morena

El recital lírico De España vengo, organizado por la Fundación Teatro Colón en la Embajada de España nos retrotrajo una vez más a la belle époque, disfrutando los rincones de la borbónica Residencia Salas, diseñada por el arquitecto alemán Carlos Nordmann. El mismísimo Embajador Román Oyarzun, el Dr. Alejandro Cordero y Rodolfo Ceretti oficiaron de anfitriones de un programa especialmente dedicado a la Madre Patria.

La bella y simpática soprano Rocío Giordano inició con la pieza de El niño judío que tituló el recital y continuó adquiriendo su carácter ibérico con la mezzo Rocío Arbizu entonando La tarántula de La Tempranica. Luego, junto al tenor Fermín Prieto, estuvo particularmente histriónica en la Jota de La Africana, que cambió a un carácter más lírico al hacer su recorrido Por la calle de Alcalá.

En tanto, Giordano lució su timbre y movimientos actorales al hacer La Canción del Arlequín, aunque brilló  junto al tenor Santiago Ballerini en Torero quiero sé de El gato montés. Ballerini fue, en todo momento, quien puso el verdadero tono e idiosincrasia castiza a cada interpretación, sintiendo el espíritu que debe primar en la zarzuela y sin alejarse de los sutiles contrastes vocales de sus personajes, tal como lo hizo en la Romanza de Rafael y en No puede ser, de La tabernera del puerto de Pablo de Sorozábal.

La célebre Granada fue cantada en interesante arreglo por el barítono Sebastián Angulegui, junto a Prieto y Ballerini, asi como el cierre al que se sumaron las voces femeninas en gracioso quinteto para la Mazurca de las sombrillas. Ellas lucieron las sombrillas y los atractivos mantones ofrecidos por Gino Bogani. Al excelente acompañamiento pianístico de Marcelo Ayub se sumaron castañuelas hábilmente tocadas por Giordano.

La elección del bis no fue casual. “Morena, te quiero”  dice la letra en El Trust de los tenorios. Pues allí estaba su destinataria, la encantadora Morena Giménez Zapiola, con sus flamantes 89 años, quien abrió su cartera para sacar también sus castañuelas. Ni en el cóctel posterior dejó de tocarlas, seduciendo siempre, tal como en la jota, con su boquita de rosa y su reir zalamero. Cómo no quererla. Martin Wullich

DE ESPAu00d1A VENGO - Morena Gimu00e9nez Zapiola - www.martinwullich.com

Fue el 20 de mayo de 2013
Embajada de España en Buenos Aires

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