Son absolutamente encantadores, y sus voces son maravillosamente cantadoras. Cóctel Americano no es el primer espectáculo que hacen juntos, pero siempre encuentran el sello individual que los diferencia y caracteriza. Eso sí, tienen un denominador común además de la música: la gracia creativa y el humor sutil. Individualmente sentados al piano, o a cuatro manos, con una guitarra o a capella, Gipsy Bonafina y Marcos Montes desgranan conocidas melodías con renovadas versiones, yendo del swing al folklore y del bolero al blues, entre otros ritmos y estilos. Entre tanto, cuentan curiosas historias, entretenidas a tal punto que no importa si son apócrifas o verdaderas.
En un desarrollo muy cálido e íntimo, Marcos Montes inicia con Cheek to cheek, manejando los atrayentes agudos de su afinada emisión, tarareando y dando vida a las notas que nos hacen danzar como en la canción. Gipsy Bonafina se presenta con una tabla de lavar para presentar el título del show cantando a dúo mientras él amaga un zapateo, americano, claro. Entonces ella cuenta una historia de amor, o de desamor, de quien fuma y toma Black Coffee hasta la madrugada, mientras se siente triste, como la Anna de los blues, remedando a Ella Fitzgerald o a Billie Holliday, mientras recorren la calle Basin. También traduce su inglés cuando él cuenta su historia de una tal Julia envuelta en sedas, de Robert Herrick. Luego se van a Francia, ella recita el célebre Déjeuner du matin de Jacques Prévert, mientras él hace la mímica. Y sin solución de continuidad aparecen -bilingües, nostálgicas y sublimes- las Hojas de Otoño.
Brasil también tiene su lugar con la bossa nova de Tom Jobim. Llega algún bolero, pasa La noche de anoche, homenajean a Olga Guillot –con divertida imitación-, sorprende un cha cha cha, y llegan el tango y también el folklore con música y anécdotas de Atahualpa Yupanqui. La “parte castellana” -como ellos la llaman- tampoco desdeña a Horacio Guaraní y una versión de Amar amando a cargo de ambos, con un Montes más asopranado aun que Ginamaría Hidalgo. Refinamiento y originalidad se unen en Cóctel Americano: expresión de dos artistas cabales, entonadamente histriónicos y queribles. Martin Wullich
Se dio hasta octubre de 2012
La Biblioteca Café
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