Cachafaz – Actúan: Emilio Bardi, Claudio Pazos, Rosario Albornoz, Andrés Granier, Catalina Lescano, Marcelo Lirio, Natalia Olabe y Pilar Rodríguez Rey – Músicos: Joel Maiante, Pablo Martínez y Eugenio Nicolás Sánchez – Música: Rony Keselman – Vestuario: Ana Nieves Ventura – Escenografía: Rocío Matosas Etchebarne – Coreografía: Mecha Fernández – Autor: Copi – Dirección: Tatiana Santana
Si se desconoce la temática característica de Raúl Damonte Botana, alias Copi, a primera vista creeríamos encontrarnos frente a una obra que cae fácilmente en lo burdo, vulgar y excedido. Sin embargo, el relato nos muestra una inesperada faceta. La puesta en escena toma factores del orden de lo popular para subyugar al espectador, quien de este modo no sólo se convierte en cómplice, sino que aplaude las fechorías de una pareja de homosexuales y sus desaliñadas vecinas, cuya historia transcurre en un estrafalario conventillo.
Cachafaz está escrita en versos con bastante grotesco y ácido humor que, después del primer impacto, se vuelven cautivantes. Incluso, el autor es capaz de hacerle un solapado guiño a su colega Federico García Lorca, cuando el protagonista aclara que le regaló un costurero grande, de raso pajizo, aunque le da una graciosa vuelta al famoso poema La casada infiel diciendo que él sí se quiso enamorar. En el escenario, un trío de músicos toca ensamblándose con los diferentes climas, para armonizar los simpáticos números de canto y baile realizados por los habitantes del conventillo, números pintorescos cargados de muchísima gracia e insólitas corografías.
Claudio Pazos personifica a Raulito, el travestido personaje de paradójica personalidad, religioso y muy creyente, pero también descarado delincuente. Pazos, enfrascado en un ceñido vestido, deja entrever su fibroso cuerpo masculino que aporta mucha extravagancia y gran parte del grotesco predominante. Su trabajo corporal es excelente, y lo demuestra con movimientos muy precisos, así sean insinuantes o decididamente obscenos. Su compañero de escena es Emilio Bardi, que interpreta espléndidamente a Cachafaz, el descarado vividor y holgazán cuyo único mérito es ser el supuesto macho viril que lo convierte en el galán del conventillo. Es como un héroe negro, admirado por su desfachatez y hasta por su falta de talento para recitar tangos. Bardi logra un buen trabajo junto a Pazos, en una dupla dinámica y encantadora.
La escenografía divide el escenario en el nido de amor de los protagonistas, un poco mejor logrado que las áreas comunes del conventillo, cuya distribución del andamiaje carece de forma. La directora Tatiana Santana ha logrado una perspicaz versión de este clásico del autor argentino. Andrés Ruiz Quintero.
Se dio hasta fin 2012
Teatro Timbre 4
México 3554 – Cap.
(011) 4932-4395
Estrenó en Teatro del Pueblo
Copi en Wikipedia
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