La obra escrita y muy bien dirigida por Joaquín Bonet es sencilla y disfrutable. Un ejemplo de expresión teatral despojada, más clásica si se quiere, cimentada en el cuerpo y la voz, que no apela a recursos visuales y sonoros efectistas.
La solidez está en la trama y los vínculos que se tejen alrededor de situaciones concretas, humanas, puestas en juego en las historias de cuatro personajes y sus contextos familiares, profesionales, históricos –el pasado tiene un rol importante– y el devenir del presente, los días que pasan, las consecuencias de decisiones que a veces se toman y otras se resignan; el vaivén imponderable del que uno pretende tener las riendas pero, en definitiva, nos mantiene en suspenso, escapa, tira de nosotros.
Beatriz Dellacasa, María Zambelli, Leonardo Saggese y Julio Marticorena actúan con honestidad. Transmiten -cada uno a su estilo- la sensación de estar compenetrados con la esencia de sus personajes. Aprovechan el cuerpo para vehiculizar entusiasmos, debilidades, mecanismos de acción y reacción.
A los cuatro actores “se los puede ver” y no es forzado el cruce entre el contenido, la parte más estructural, química, y la buena conexión que resulta de ese conglomerado de emociones. No desbordan, mejor dicho, no estallan, pero dan una pauta suficiente, cercana, un nivel de realidad con el que es posible identificarse, sentir empatía, más allá del costado científico. Natalia Mejía
Sábados a las 20:30
Teatro El Extranjero
Valentín Gómez 3378 – Cap.
(011) 4862-7400
http://www.elextranjeroteatro.com
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