BALLET NACIONAL DE ESPAÑA, lo mejor

Gran muestra de coloridas estampas con dirección de Antonio Najarro

Alegría, color, pasión, perfección… potentes sensaciones que dejó la actuación del Ballet Nacional de España, dirigido por Antonio Najarro, cuyo programa propuso al espectador disfrutarlo como quien mira un libro de estampas, a cual más bella y lograda.

Cuarenta años de recorrido artístico, de la mano de grandes directores como el legendario Antonio Gades y José Antonio, ha cumplido esta compañía el año pasado. Y es, sin embargo, un elenco joven que hoy se convierte en traductor de esa historia, que se enriquece con algún aporte de la vertiente contemporánea. Nueva visión y nueva sangre para corporizar el espíritu y la música de la península ibérica.

Encuentro – Cantiñas de Córdoba fue un sensual dúo donde el minucioso trabajo de manos y torso femeninos alterna con el zapateo y el uso expresivo de la típica bata de cola flamenca. La infaltable presencia de músicos y cantaores en vivo completó y dio el clima apropiado para este número inicial.

Ser, en cambio, fue la carta de presentación como coreógrafo que juega el director de la compañía,  Antonio Najarro. Este solo, bailado por la excepcional Inmaculada Salomón, tuvo dos segmentos bien diferenciados: en el primero, reinó lo hispano en el estilo, las castañuelas y el impactante vestuario de Teresa Helbig; en el segundo, la transformación de la bailarina la envolvió en un sabor más contemporáneo.

Para cerrar la primera parte, el Ballet Nacional de España presentó la versión de Rafael Aguilar del célebre Bolero de Ravel. El coreógrafo evitó caer en la obviedad de aumentar el conjunto de bailarines en concordancia con la entrada de cada  de nuevo instrumento. El solista -excelente e impactante  Sergio Bernal– manejó el crescendo grupal, las entradas y salidas del cuerpo de baile, además de su propio despliegue virtuoso. Las imágenes fluyeron llenas de fuerza y belleza, con el tono rojizo del fuego y de la pasión.

El originalísimo comienzo de la Suite Sevilla –también coreografía de Najarro-, con el telón apenas levantado, dejando ver las manos de los bailarines tocando sus castañuelas, dio pie a un compendio de intrincados diseños y geometrías, resueltos magníficamente por la compañía. Como única escenografía se utilizó un gran disco que a veces fue luna, otras veces la contención para los arabescos de abanicos y castañuelas, y donde también se proyectaron imágenes abstractas.

De los seis números, todos excelentes, destacamos Maestranza donde la figura femenina encarna al toro, el amor y la muerte; Bailaor, impecable muestra de castañuelas, zapateado y destreza por el cuerpo de baile masculino, arengado por el solista al grito de «¡Vamos, señores!»; y Júbilo, un final colorido y dinámico, donde todos los integrantes del Ballet Nacional de España, tan radiantes como cuando comenzó la función, pusieron todo el salero y la garra, acompañados por los músicos y los cantaores Saray Muñoz y Gabriel de la Tomasa.

Al finalizar la función, la compañía y su director fueron galardonados por el Consejo Internacional de la Danza – UNESCO, por su honorable trayectoria artística, reconocida a nivel mundial. Un gran final para esta fiesta de la joven danza española. Patricia Casañas

Ballet Nacional de Espau00f1a 2019 - www.martinwullich.com

Fue el 15 de junio de 2019
Teatro Coliseo
Marcelo T. de Alvear 1125 – Cap.
(011) 4814-3056
teatrocoliseo.org.ar

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