El fracaso, la angustia, la ansiedad, la desazón, la búsqueda por ocupar un lugar en el cartel, son parte del universo que atraviesan los personajes. En el relato, un director intenta poner en escena su obra, sin contar con la sala ni los productores. Se enfrenta a la problemática de elegir a los artistas que buscan trabajo.
Un espacio despojado de grandes escenografías -apenas unas sillas- es el marco para el desarrollo de esta historia tan vigente como real, en la que el vacío envuelve una y otra vez el intento de armar un elenco. Arrecian momentos en los que el ensamble se apodera a pleno del espacio, sugiriendo lo que vendrá con coreografías y canciones. Es allí donde la correcta iluminación cumple su rol ambientando el juego de los actores con fluidez en la línea de tiempo.
Son varios los intérpretes que generan una llegada importante al público. Entre ellos, Federico Gara sorprende con su técnica vocal, mientras Tatiana Luna se permite jugar con el humor para abordar sus problemas que vienen desde la infancia, emocionando cuando canta. Nicolás Pérez Costa protagoniza y dirige con responsabilidad, aportando desenfado y toques actuales. Se luce en su rol cuando enfrenta las dificultades que debe transitar para alcanzar la meta.
Esta pieza, considerada como el primer eslabón musical argentino, fue estrenada en 1978. Aunque el tiempo pasa, arrastra la misma problemática a la que se enfrentan muchos directores y elencos a la hora de concretar sus proyectos en la actualidad. Sergio Boaglio
Sábado a las 21
Teatro El Cubo
Zelaya 3053 – Cap.
(011) 4963-2568
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