En más de una ocasión hemos destacado la acción de las asociaciones privadas de ópera, entre las cuales se cuenta Juventus Lyrica, como alternativas necesarias para ese público que desea acercarse al universo de la lírica y no puede acceder a la temporada de ópera del Teatro Colón. Con esta producción de Andrea Chénier, el título más importante del italiano Umberto Giordano, no sólo se confirma lo dicho, sino que además queda en claro que la entidad comandada por Ana D’Anna desde la dirección artística, Antonio María Russo desde la dirección musical y María Jaunarena desde la producción ejecutiva, está dispuesta a seguir apostando por más.
La dramática historia del joven poeta que muere víctima del terror político imperante en la Francia revolucionaria, por haber cometido el delito de atreverse a escribir y publicar sus ideas, fue narrada con un despliegue impactante. Es justo destacar cada uno de los elementos de la puesta: la escenografía, a cargo de Gonzalo Córdova, la distribución escénica, los vestuarios, la iluminación, el maquillaje, los peinados… Como si todo eso no hubiese sido suficiente, en el primer acto se incluyó además un número de danza clásica a cargo de tres jovencitas que supieron lucirse con gracia en el escenario. Todo confluyó para que el espectáculo fuese un conjunto coherente y atractivo.
El didáctico programa de mano destaca un par de datos no muy conocidos de esta ópera. Como que Giordano fue uno de los derrotados por Pietro Mascagni en el concurso de óperas que dio por ganadora su Cavalleria rusticana, a pesar de lo cual logró llamar la atención del editor. O que para el estreno de la obra, en la Scala de Milán, el 28 de marzo de 1896, el tenor que tenía a su cargo el rol principal debió ser reemplazado a último momento por un suplente. Curiosamente, los mayores aplausos de la noche, en el caso que nos ocupa, se los llevó con toda justicia el tenor Darío Sayegh, quien cumplió una labor realmente encomiable en reemplazo de quien debió ocupar su lugar. El ausente fue Gustavo López Manzitti. También estuvo espléndida su partenaire, la soprano Sabrina Cirera, en el rol de su amante Maddalena de Coigny, y lo mismo cabe decir del Carlo Gérard protagonizado por Pol Gonzalez, tercero en discordia que se debate entre la vileza y el honor, que a pesar de imponerse no logra evitar la tragedia.
La Orquesta y el Coro de Juventus Lyrica sonaron sólidos, compenetrados con la acción dramática y con la intensa partitura compuesta por Giordano. Vale decir que el compositor en su hora contó, más allá de su propio talento, con la ventaja de tener el respaldo de un libretista tan notable como Luigi Illica, quien tuvo a su vez el acierto de incluir, en la trama de esta historia, algunos de los poemas escritos por el verdadero Andrea Chénier. Porque esta ópera es bella desde todo punto de vista, lo musical, lo literario, lo dramático… Y la puesta comentada, a la que sólo le faltó que cayera de verdad la guillotina sobre el final, justo antes de caer el telón, le hace sobrada justicia. Germán A. Serain
Fue el 12 de abril de 2015
Teatro Avenida
Av. de Mayo 1222
(011) 4812-4777
Integrada en total por tres títulos, la temporada 2015 de Juventus Lyrica continuará en julio con Las bodas de Figaro de Mozart y en noviembre con Carmen de Georges Bizet.
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